El 43 % de la población nigeriana (85 millones de personas) no tiene acceso a electricidad, lo que convierte a Nigeria en el país con el mayor déficit en el acceso a energía del mundo, según publica el Banco Mundial en su web. Los problemas del sistema energético tienen un gran impacto en los ciudadanos y en las empresas, y generan unas pérdidas anuales de 26 000 millones de dólares.
Según Shubham Chaudhuri, director de País del Banco Mundial, señaló por ello que “mejorar el acceso y la fiabilidad del sistema eléctrico es clave para reducir la pobreza y desbloquear el crecimiento económico tras la pandemia global de covid-19”. Además, indicó que la operación ayudará a mejorar la viabilidad financiera de las empresas de distribución eléctrica y aumentará los ingresos para todo el sector energético nigeriano, que es fundamental para ahorrar recursos fiscales y crear puestos de trabajo.
El Programa de Recuperación del Sector Eléctrico de Nigeria (DISREP, por sus siglas en inglés) garantizará que las empresas de distribución eléctrica mejoren sus redes e instalen medidores eléctricos para implementar la calidad del servicio. Además, el programa reducirá las emisiones de CO2 mediante la disminución de pérdidas técnicas, el aumento de la eficiencia energética y la inversión en energías renovables.