El país prioriza la inversión en actividades de alto valor añadido tecnológico o con una cuantiosa creación de empleo, y pone a disposición del capital extranjero una amplia gama de incentivos y facilidades.
Hablar del “milagro coreano” es casi un lugar común, pero existen buenas razones para hacerlo: el país asiático ha pasado de un nivel de renta per cápita que apenas superaba los 2.000 dólares en 1985, a rozar los 23.000 dólares en la actualidad, convirtiéndose en una potencia industrial y tecnológica eminentemente exportadora y en la sede de colosos de la talla de Samsung, Hyundai o Daewoo.
Se estima que este año su economía crecerá ligeramente por debajo del 3%, una cifra inferior a lo previsto inicialmente, pero acompañada de unas finanzas públicas saneadas y de una gran capacidad para generar empleo.
El establecimiento de una base fabril de gran magnitud se ha visto apuntalado, a lo largo de los últimos decenios, por el desembarco de inversión extranjera directa (IED) procedente, sobre todo, de Estados Unidos, Japón, Hong Kong o Singapur.
Mientras que, unos años atrás, el capital foráneo se centraba fundamentalmente en la industria manufacturera intensiva en mano de obra, las autoridades priorizan ahora las operaciones de alto valor añadido, y los propios inversores obtienen también un mayor retorno mediante actividades crecientemente sofisticadas. El perfil inversor, por tanto, ha evolucionado en paralelo a las capacidades tecnológicas e industriales del país.
Una “alfombra roja” para el inversor
El objetivo de las autoridades es seguir atrayendo capital exterior, algo que, desde 1998, con la entrada en vigor de la Ley de Promoción de la Inversión Extranjera, cuenta con un marco más liberalizado y transparente.
En la actualidad, solo 60 de las 1.145 actividades susceptibles de recibir inversión clasificadas por las autoridades están vedadas al capital procedente de otros países. Entre estas se encuentran sectores íntimamente vinculados a la soberanía nacional, como la Administración Pública o la defensa. En otras 29 de las citadas categorías, la participación extranjera está limitada, por ejemplo, en los sectores de la radio y la radiodifusión televisiva, la generación de energía nuclear, la transmisión y suministro eléctricos, el transporte aéreo o la banca comercial.
A pesar de estos impedimentos, el marco legal es claramente favorable. Así, el Gobierno ha establecido zonas especiales para la inversión (foreign investment zones o FIZ) en las que se instalan exclusivamente empresas extranjeras que se benefician de reducciones fiscales de entre el 50% y el 100% a las que las compañías surcoreanas no tienen acceso, y que se aplican en principio durante los cinco primeros años de establecimiento en el país.
De modo general, los incentivos fiscales se encuentran recogidos en la legislación especial sobre impuestos, vigente desde 1999, que comprende las citadas medidas para las FIZ, y que también incluye deducciones a las inversiones de capital en actividades con un alto componente de I+D, o a operaciones que tengan lugar en zonas rurales situadas fuera de los espacios más económicamente activos.
Si las inversiones propuestas cumplen con ciertas condiciones, como una elevada transferencia tecnológica o la creación de numerosos puestos de trabajo, las autoridades centrales y locales pueden proporcionar fondos a las empresas extranjeras para la construcción de fábricas u otras instalaciones necesarias, así como para la adquisición de terrenos. Las operaciones financiables cubren hasta el 30% de la inversión total, y del 40% en el caso de que se trate de establecer centros de I+D.
Además de las ventajas fiscales y de las concesiones de fondos, el capital extranjero cuenta desde 2003 con la asistencia de la agencia nacional de promoción de inversiones KOTRA Invest Korea, que lleva a cabo un amplio abanico de actividades de ayuda al inversor, como el apoyo directo a las empresas, la negociación de incentivos fiscales o la asistencia especializada en materia laboral, financiera y fiscal.
Este organismo ha puesto en marcha el programa Red Carpet (traducido como “Alfombra Roja”), que facilita los aspectos logísticos, de alojamiento y de transporte a los inversores que visitan el país. Si bien su valor es puramente práctico, el servicio de “Alfombra Roja” es todo un símbolo de la buena predisposición de las autoridades hacia los inversores extranjeros, aunque solo pueden beneficiarse aquellas empresas capaces de transferir alta tecnología o de crear un número elevado de empleos.
El apoyo de las autoridades va todavía más allá, ya que se complementa con el Foreign Investor Support Office, un departamento gubernamental que ayuda a los inversores con los trámites administrativos para poner en marcha las operaciones de IED.
Por otra parte, la elevada seguridad jurídica se ve reforzada por una figura específicamente diseñada para velar por los intereses del capital extranjero: la oficina del Ombudsman o defensor de los inversores, que está capacitada para actuar como abogado independiente de estos últimos.
La presencia española, aún escasa
Hasta la fecha, la inversión extranjera en Corea del Sur se ha centrado en el sector industrial, principalmente en productos eléctricos y electrónicos.
También se ha dirigido masivamente a la automoción, sector en el que la crisis asiática de finales de los años noventa propició la entrada de grandes fabricantes extranjeros en el país. La industria química es otro de los grandes campos receptores, y en ella están presentes numerosas empresas europeas.
La inversión española, escasa en comparación con la de sus principales socios comunitarios, se ha concentrado en los servicios financieros, la automoción y el comercio mayorista y minorista.
En 2014, la IED española en Corea del Sur se situó en 2,3 millones de euros, una cifra inferior a las de años anteriores y que refleja unas relaciones económicas bilaterales que aún están lejos de alcanzar su pleno potencial (ver nuestro artículo de enero de 2012).
Según la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Seúl, el país asiático ofrece actualmente oportunidades de inversión a la empresa española sobre todo en dos áreas: la gestión medioambiental y la automoción. Estos grandes sectores, sumados a la nutrida gama de garantías institucionales y pactos bilaterales suscritos por ambos países, entre los que se incluye el Acuerdo para la Promoción y Protección Recíproca de Inversiones vigente desde 1994, son algunos de los elementos que podrían llevar la participación española en el país hasta unos niveles acordes con el tamaño y pujanza de ambas economías.
El fenómeno Ticketbis
La vibrante escena cultural y deportiva surcoreana también puede brindar oportunidades interesantes para la inversión. Tal es el caso de la empresa española Ticketbis, una plataforma de compra y venta de entradas para todo tipo de espectáculos que estableció su primera filial en el país hace poco más de un año y que cuenta con una oficina y un equipo de cinco personas en Seúl.
Javier Corbacho, jefe de operaciones de la compañía, señala en declaraciones a El Exportador que la principal dificultad para establecerse en el mercado surcoreano fue la rigidez de la regulación respecto a modelos de compraventa de entradas entre usuarios. “La implantación de un marketplace entre particulares, sobre todo si tiene carácter internacional, es un proceso largo en el que el análisis previo a la entrada al mercado es clave para trabajar en la mejor dirección desde un primer momento”, explica.
Corbacho también recuerda que los usuarios surcoreanos son muy exigentes en lo que se refiere a la calidad del servicio y la atención al cliente, lo que no es necesariamente una dificultad, pero sí un elemento a tener en cuenta.
Asimismo, las relaciones con personas dentro del sector son muy importantes: “El término partner (socio) va más allá de los negocios, ya que las relaciones empresariales se basan en la confianza y el respeto mutuo, así como en la perspectiva de trabajo a largo plazo”.
Más allá de estas consideraciones preliminares, Corbacho cree firmemente en la apuesta de Ticketbis por Corea del Sur. “Es un mercado de alto valor estratégico por el grado de desarrollo de la industria del entretenimiento, el amplio interés por la música y los eventos en vivo, y también por la fuerte influencia que tiene la korean wave (término que engloba todo lo relacionado con la cultura, música y entretenimiento producidos en el país) en mercados como China o Japón”.
PABLO DÍEZ
Documentación
Informe Económico y Comercial. Corea del Sur
Ed. Ofecomes Seúl, septiembre 2015, 53 págs., en español
Guía de Negocios. Corea del Sur
Ed. Ofecomes Seúl, septiembre 2015, 66 págs., en español
Guía de Incentivos a la Implantación. Corea del Sur
Ed. Ofecomes, 2015, 8 págs., en español
Simulador de costes de establecimiento ICEX: Corea del Sur
A continuación presentamos un extracto de la información que ofrece la herramienta “Simulador de Costes de Establecimiento” del ICEX. Si quiere consultar con detalle los costes de constitución de una sociedad, inmobiliarios, laborales, fiscales, de suministros o el coste de vida para expatriados en más de 100 mercados, pinche aquí. También puede realizar simulaciones de la implantación de su empresa en un mercado, obteniendo el resultado en ese país y en otros comparables.
Más información sobre costes de establecimiento en Corea del Sur