Están presentes en la ropa deportiva que vestimos, en los automóviles, las fábricas o los trajes espaciales. Los tejidos técnicos se han convertido en un ejemplo de innovación y el sector lanza cada poco nuevas técnicas y materiales. Las aplicaciones son múltiples; sus oportunidades, numerosas, y la internacionalización, una estrategia prácticamente ineludible.
Es preciso subrayar desde el principio que el término ‘tejidos técnicos’ engloba una gran variedad de productos utilizados por muy diferentes subsectores, tal como se describe en la primera infografía al final de este artículo.
La consultora Gherzi, en un estudio realizado para la Comisión Europea en septiembre pasado calcula que el mercado global de los tejidos técnicos movió unos 147.000 millones de dólares en 2014, después de haber crecido cerca de un 6% al año desde 2010. El mayor de todos ellos es la Unión Europea, donde la producción alcanzó un valor de 29.800 millones de dólares ese año, tras haber aumentado de media un 4,6% anual en el período citado.
Si no se incluyen las materias primas, como los filamentos sintéticos y ciertas confecciones, las cifras de la UE se situaron en unos 27.000 millones de dólares, de los cuales se importó el 43%, principalmente material en bruto antes de su procesamiento.
La buena acogida de los productos europeos en los mercados internacionales, como en el caso de las suturas médicas, hizo además que las exportaciones rozaran el 50% de lo fabricado y que la balanza comercial mantuviera su saldo positivo tradicional.
Alemania, la punta de lanza del sector
El mercado alemán sobresale por encima de los demás del continente. De acuerdo con la Asociación General de la Industria Textil de Alemania, el sector en su conjunto cuenta con cerca de 1.400 empresas, más de 130.000 empleados y una facturación que supera los 32.000 millones de euros al año.
Los textiles técnicos tienen aquí un papel fundamental para explicar esa situación y para mitigar el descenso de la actividad tradicional, puesto que, tal y como explica el director general adjunto de la citada entidad, Manfred Junkert, “las firmas germanas son líderes mundiales”.
Junkert destaca que “desde hace años, las ventas suben de forma continua. La digitalización de los productos y procesos de producción para impulsar la innovación ha sido un desencadenante para muchas otras actividades”.
Se espera que el desarrollo de los tejidos técnicos continúe siendo el principal factor dinamizador, tanto en la industria de la confección en general como en la de tipo deportivo y laboral, y en aquellas actividades industriales con mayores necesidades tecnológicas. De esta manera, y a diferencia del sector textil en su conjunto, la demanda seguirá incrementándose. Las opciones para competir en este mercado, sin embargo, dependerán de las mejoras que se vayan aportando a los productos.
EE. UU., grandes posibilidades
Después de la UE, el mayor mercado para el sector, y cuna junto a Europa de la mayor parte de las tecnologías usadas actualmente en el ramo, es Estados Unidos. Presenta una previsión de crecimiento anual del consumo hasta 2020 de entre el 5% y el 6%. Este aumento se ve incentivado especialmente por el desarrollo de la demanda de textiles para la construcción, la industria y el sector del automóvil.
Quizás su mayor barrera sea la multitud de normativas existentes sobre la materia, que pueden dificultar el acceso a los productores extranjeros. Por otra parte, hay que enfrentarse a un mercado en el que priman los tiempos de respuesta para hacer llegar el producto y dar un soporte especializado, por lo que el establecimiento de una buena red de distribución resulta aquí aún más prioritario.
Además, existe una importante competencia por parte de las empresas locales y también de las procedentes de los países del NAFTA, Canadá y México, de otros miembros de la UE y, cada vez en mayor medida, de Japón y China, donde se están dando pasos decididos hacia la fabricación de productos de gama media y alta.
Japón, especialización e innovación
Pionero en el sector, el archipiélago nipón cuenta con una industria local fuerte en el textil especializado, competitiva y con grandes empresas. Estas trabajan en toda la cadena de valor y han deslocalizado la parte del negocio no esencial hacia otras regiones vecinas, gracias a diversos acuerdos de libre comercio.
El consumo local en 2014 llegaba hasta los 9.400 millones de dólares, de los que cerca del 40% procedieron de las importaciones, aunque muchas fueron reexportaciones y apenas el 10% correspondió a firmas europeas.
Debido a la amplia experiencia local en la fabricación de fibras y cierto tipo de tejidos, así como a otras barreras, como las idiomáticas o la dificultad de la distribución, se recomienda a las empresas interesadas acceder con el apoyo de un socio o distribuidor japonés.
China, cada vez más actividad
El segmento técnico está siendo, sin duda, el gran impulsor del textil chino, ya que está creciendo mucho más rápido que el resto gracias al aumento de la demanda experimentado durante los últimos años.
El Instituto Nacional de Estadísticas del país asiático calcula que los ingresos de este tipo de empresas aumentaron un 6,5% en 2015, mientras que los beneficios lo hacían en un 14,5%. A pesar de su desarrollo relativamente tardío, el país está mejorando su tecnología rápidamente al apostar por la innovación y los productos con un mayor valor añadido.
El Gobierno está ayudando de forma decidida al desarrollo de esta industria y también está destinando gran cantidad de inversión pública hacia actividades que necesitan este tipo de productos, como las de la construcción, la gestión medioambiental, la sanidad o la industria automovilística. Todo ello convierte a China en un mercado muy prometedor pese a las complicaciones derivadas de su falta de permeabilidad. El listado de mercados más interesantes se completaría con Corea del Sur, Brasil y la India.
España, en plena transformación
Nuestro país ha desarrollado durante los últimos años un sector empresarial importante, que va más allá de los tradicionales sectores de la moda y la confección y se centra en esta línea de negocio. Unas 400 firmas se dedicaban a la fabricación de textiles de uso técnico en 2015 y procesaban cerca del 20% de las fibras de este tipo operadas en esta industria.
Concentradas fundamentalmente en el litoral mediterráneo, donde todavía existe una fuerte impronta de la industria textil, desde la Oficina Económica y Comercial de España en Los Ángeles se apunta que “la mayor parte de estas compañías proceden de la fabricación de productos convencionales que se han ido concentrando de forma total o parcial en esta actividad, pues constituye un nicho de nuevas oportunidades”. Algunas de estas empresas dedicadas a equipos de protección individual (EPI) ofrecen la ventaja de confeccionar ellas mismas los tejidos que venden.
Las ventas totales de este sector se estiman en un poco menos de 3.000 millones de euros y una parte no desdeñable de la producción se destina a los mercados exteriores. Un 40% de las empresas españolas que trabajan en este campo pueden considerarse de tipo mediano, mientras que casi 20 facturan más de 12 millones de euros.
Según las bases de datos del ICEX, las exportaciones españolas agrupadas bajo el sector ICEX 3020604 de tejidos técnicos se han situado normalmente algo por encima de los 200 millones de euros al año durante los últimos 10 ejercicios y alcanzaron en 2016 los 224,7 millones de euros.
Por otro lado, las importaciones durante ese período han sido normalmente inferiores, lo que ha permitido mantener un saldo comercial ligeramente positivo, que se truncó en 2015 y 2016 al arrojar unos déficits de 21,9 millones de euros y 31,5 millones de euros, respectivamente.
Los países de la UE son el destino de cerca de la mitad de las exportaciones españolas de tejidos técnicos. El resto de las mismas se encuentra bastante diversificado, pero destaca el papel desempeñado por Marruecos y Turquía, importantes productores textiles y etapa habitual de las reexportaciones.
Apuestas de futuro
La mejora de los costes relacionados con la producción continuará siendo fundamental en el futuro, sobre todo en lo relativo al consumo de energía, y puede afectar especialmente a la competitividad de la industria de los países desarrollados como España.
No obstante, la innovación constante en las empresas, gracias al mantenimiento de la inversión en investigación y desarrollo y nuevas tecnologías, es señalada por todos los expertos como la clave que permitirá poder competir con ciertas garantías en un mercado cada vez más globalizado, pero con numerosos nichos altamente especializados.
Este sector se caracteriza por estar configurado fundamentalmente por pymes. Al mismo tiempo, la naturaleza de los productos hace que se necesite de una sólida estructura de ventas para afrontar localmente los mercados exteriores. Así, se consigue informar, dar soporte y abordar mercados muy segmentados y especializados. Por ello, una de las recomendaciones de la Comisión Europea es que aquellas firmas con una cartera de productos complementaria estudien realizar acciones conjuntas para acceder a mercados lejanos.
Desde la Ofecomes en Düsseldorf describen la impresión digital, la impresión directa de prendas de vestir y el calzado realizado con este tipo de materiales como algunas de las actividades con más posibilidades de crecimiento para los próximos años. Existen igualmente oportunidades en las aplicaciones creativas e incluso en la producción de la maquinaria altamente especializada necesaria en muchos de esos procesos.
Otra gran tendencia propone “la integración de las etapas de producción, como la unificación de la impresión digital y de corte mediante nuevas tecnologías”, concluyen desde Düsseldorf en su último informe sobre la feria más importante del sector, Techtextil, que se celebra en Fráncfort cada dos años.
JAVIER GARCÍA CUESTA
Documentación
Country Reports on Technical Textiles
Ed. Comisión Europea, septiembre 2017, 385 págs., en inglés
El mercado de la maquinaria textil en China
Ed. Ofecomes Shanghái, junio 2016, 71 págs., en español
El mercado de materias textiles en Alemania
Ed. Ofecomes Düsseldorf, diciembre 2015, 57 págs., en español
El mercado de los materiales textiles en EE. UU.
Ed. Ofecomes Los Ángeles, noviembre 2015, 59 págs., en español