- Estructura del PIB por sectores y por componentes del gasto
- Cuadro de PIB por sectores de actividad y por componentes del gasto
- Evolución de las principales variables económicas: crecimiento, inflación…
- Cuadro de principales indicadores macroeconómicos
- Principales objetivos de política económica
- Previsiones macroeconómicas
- Política fiscal y presupuestaria
- Política monetaria
- Políticas estructurales (programas, reformas, etc.)
Demanda y Coyuntura
El Instituto Nacional de Estadística Libanés publica con retraso los indicadores de actividad desagregados. A fecha de abril de 2021, los últimos datos disponibles corresponden todavía al año 2018.
PIB (%) | 2016 | 2017 | 2018 |
POR SECTORES DE ORIGEN | |||
PIB a precios corrientes | 100 | 100 | 100 |
Impuestos sobre productos | 9,3 | 9,4 | 9,0 |
Menos subvenciones | -2,2 | -2,5 | -3,1 |
Valor añadido a precios básicos | 93,1 | 93,4 | 94,1 |
Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca | |||
A1. Agricultura y silvicultura | 1,6 | 1,6 | 2,0 |
A2. Ganadería y pesca | 1,3 | 1,4 | 1,2 |
B. Explotación de minas y canteras | 0,5 | 0,5 | 0,4 |
Industrias manufactureras | |||
C1. Productos alimenticios | 2,2 | 2,2 | 2,0 |
C2. Bebidas y productos de tabaco | 0,9 | 0,9 | 0,9 |
C3. Productos textiles | 0,4 | 0,4 | 0,4 |
C4. Madera y papel; imprenta | 0,6 | 0,6 | 0,6 |
C5. Químicos, caucho y plástico | 0,8 | 0,8 | 0,9 |
C6. Minerales no metálicos | 0,9 | 0,8 | 0,7 |
C7. Metales, maquinaria y equipo | 2,0 | 2,0 | 1,8 |
C8. Otras industrias manufactureras | 0,5 | 0,5 | 0,5 |
Suministro de electricidad, gas y agua, gestión de desechos | |||
D. Electricidad | 1,0 | 1,1 | 1,4 |
E. Agua y gestión de desechos | 1,3 | 1,0 | 1,0 |
F. Construcción | 4,8 | 4,2 | 3,8 |
Comercio y reparaciones de vehículos | |||
G1. Comercio al por mayor y al por menor | 12,2 | 12,4 | 11,7 |
G2. Mantenimiento y reparación de vehículos | 1,1 | 1,2 | 1,1 |
H. Transporte | 3,4 | 3,3 | 2,9 |
Servicios alojamiento, comidas, información y comunicaciones | |||
I. Hoteles y Restaurantes | 3,0 | 3,1 | 3,1 |
J. Información y Comunicación | 2,3 | 2,2 | 2,1 |
K. Actividades financieras y de seguros | 8,6 | 8,2 | 8,5 |
L. Actividades inmobiliarias | 14,4 | 14,8 | 15,2 |
M. Servicios profesionales | 4,2 | 4,2 | 4,1 |
N. Act. Servicios administrativos | 2,3 | 2,3 | 2,6 |
O. Administración Pública | 9,1 | 9,8 | 11,4 |
P. Enseñanza | 7,1 | 7,2 | 7,4 |
Q. Atención salud y asistencia social | 3,6 | 3,6 | 3,7 |
R, S, T. Servicios personales y comunitarios | 2,7 | 2,8 | 2,9 |
TOTAL | 100 | 100 | 100 |
POR COMPONENTES DEL GASTO | |||
CONSUMO | 101,5 | 103,2 | 105,9 |
Consumo Privado | 88,6 | 90,0 | 90,6 |
Consumo Público | 13,0 | 13,2 | 15,3 |
FORMACIÓN BRUTA DE CAPITAL FIJO | 22,2 | 21,0 | 20,1 |
EXPORTACIONES DE BIENES Y SERVICIOS | 21,7 | 21,9 | 20,7 |
IMPORTACIONES DE BIENES Y SERVICIOS | 45,9 | 46,4 | 47,4 |
Fuente: Lebanese Administration for Statistics
http://cas.gov.lb/index.php/national-accounts-en
Tras vivir un período de bonanza económica, entre 2007 y 2010, con una tasa media anual de crecimiento por encima del 7%, la economía libanesa se vio seriamente afectada por el estallido de la guerra en Siria en 2011. Pero es a partir de 2018 cuando Líbano entra en recesión, afectado por los problemas de seguridad en la región. En medio de tensiones políticas, revueltas sociales y con las remesas de la diáspora libanesa en negativo por primera vez en 30 años, la economía se contrae un 6,5% en 2019.
En 2020, la situación continúa agravándose y el país se declara en default por primera vez en su historia, al situarse entre la difícil disyuntiva de hacer frente a los vencimientos de los eurobonos (en torno a los 4.000 MUSD) o financiar bienes de primera necesidad. El impago de eurobonos provoca la restricción de acceso a los mercados financieros para el Líbano y una rebaja en su calificación crediticia por Moody’s hasta C, el nivel más bajo en su escala de ratings.
En su último informe de abril de 2021, el Banco Mundial afirma que Líbano se enfrenta a una coyuntura económica sin precedentes desde la guerra civil:
• En el año 2020, la contracción del PIB real se situó en el 20,3% tras agravarse la situación económica, las presiones sobre la libra libanesa y constatarse un estancamiento de sus tres motores de crecimiento: inmobiliario, construcción y turismo. Por otro lado, el sector financiero, tradicionalmente resiliente, está en una situación crítica. Las previsiones para 2021 anticipa una nueva contracción del PIB en torno al 16%.
• La deuda pública ha sufrido un fuerte repunte, al pasar del 171% en 2019 al 186% del PIB en 2020, la tercera más elevada del mundo tras Japón y Grecia. Sin embargo, la brusca caída en el servicio a la deuda tras declararse en default, permitirá una sensible recuperación del saldo deudor de las cuentas públicas, con un déficit público estimado del 2% para 2021.
• El déficit por cuenta corriente, se redujo considerablemente en 2020 al pasar del 21,2% al 11% del PIB. La cifra supone una notable mejoría frente a la media del 22,9% del período 2013 – 2018. La explosión del puerto de Beirut, punto de entrada del 80% de las importaciones, la depreciación de la libra libanesa y la drástica caída del consumo interno han supuesto una fuerte caída de las importaciones. Sin embargo, en 2021 el déficit por cuenta corriente vuelve a crecer al situarse en el entorno del 18%. La interrupción en los flujos de capital ha acelerado la caída en el monto de reservas internacionales brutas, que alcanzaban a finales de 2020 los 24.100 MUSD. El Banco del Líbano (BDL) no publica cifras de reservas netas, aunque se estima que éstas son negativas.
PRINCIPALES INDICADORES ECONÓMICOS | 2016 | 2017 | 2018 | 2019 | 2020 |
PIB | |||||
PIB (MUSD a precios corrientes) | 51.890 | 55.797 | 56.485 | 58.600 | 33.383 |
Tasa de variación real (%) | 1 | 2,2 | -1,9 | -6,5 | -20,3 |
INFLACIÓN | |||||
Media anual (%) | 3,14 | 4,62 | 6,1 | 2,9 | 84,9 |
Fin de período (%) | 3,1 | 4,44 | 6 | 6,9 | 145,9 |
EMPLEO Y TASA DE PARO | |||||
% Desempleo sobre población activa* | 24** | 24** | 24** | 35 | >40 |
DEUDA PÚBLICA | |||||
en % de PIB | 142,6 | 137,2 | 150 | 155 | 186,7 |
EXPORTACIONES DE BIENES | |||||
en MUSD | 3.689 | 3.756 | 3.732 | 3.700 | 4.300 |
IMPORTACIONES DE BIENES | |||||
en MUSD | 17.327 | 17.915 | 18.946 | 19.000 | 10.600 |
SALDO BALANZA COMERCIAL | |||||
en MUSD | -13.637 | -14.160 | -11.017 | -15.300 | -5.736 |
SALDO BALANZA CUENTA CORRIENTE ** | |||||
en MUSD | -10.474 | -12.134 | -12.445 | -11.570 | -6.200 |
DEUDA EXTERNA TOTAL | |||||
en MUSD | 70.577 | 73.993 | 79.345 | 80.504 | 73.800 |
RESERVAS INTERNACIONALES | |||||
en MUSD | 40.900 | 39.400 | 36.500 | 31.700 | 22.000 |
INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA | |||||
en MUSD | 2.610 | 2.628 | 2.400 | 3.000 | 2.861 |
TIPO DE CAMBIO FRENTE AL DÓLAR | |||||
media anual | 1.507 | 1.507 | 1.507 | 1.507 | ** 5.549 |
Fuentes: Institute of International Finance (IF). Economist Intelligence Unit (EIU). Banque du Liban (BdL). Lebanese Customs Administration. International Monetary Fund: 2019 Artivcle IV consultation/ January 2019. UNCTAD 2019.WEO Abril 2020. WorldBank.
* No existen actualmente datos oficiales sobre el desempleo, sin embargo, el consenso entre economistas libaneses es que las cifras del Banco Mundial son muy bajas, se calcula que antes de la crisis siria el desempleo rondaba el 17-20%. Durante 2020 se estima superior al 40%.
** El tipo de cambio paralelo ascendió a 5.549 libras por dólar en 2020.
La situación de emergencia económica en la que se encuentra el país no ofrece mucho margen de mejora. La súbita interrupción de los flujos de financiación exterior tras la salida del Líbano de los mercados financieros internacionales, al incurrir en su primer default en marzo de 2020, requiere medidas de choque si el país quiere acceder a las líneas de financiación del FMI y los Bancos Multilaterales de Desarrollo. El desafío a nivel macroeconómico es mayúsculo: Líbano cuenta con un déficit corriente y fiscal crónico y mantiene el tercer nivel de deuda pública en relación con el PIB más alto del mundo. Para lograr un crecimiento sostenible el país deberá realizar un ajuste fiscal y reformas estructurales sustanciales destinadas a mejorar el entorno empresarial y la gobernabilidad del Líbano.
El fortalecimiento de la economía libanesa requiere acciones en tres áreas:
• Un plan fiscal a medio plazo, que sea creíble, debería estar enfocado a conseguir un superávit fiscal primario sustancial y sostenido que reduzca constantemente la relación deuda pública/PIB a lo largo del tiempo.
• Reformas estructurales fundamentales para impulsar el crecimiento y la competitividad externa, comenzando con la mejora de la gobernanza, así como con la implementación del plan de reforma del sector eléctrico y las recomendaciones de la Visión Económica del Líbano.
• Medidas para aumentar la fortaleza del sector financiero a través de un balance más sólido del Banco Central (BdL). Posiblemente el saneamiento del sector financiero es el mayor de los desafíos a los que se enfrenta el país.
Las diferentes crisis que afronta el Líbano han deteriorado aún más su ya precaria posición fiscal. Los ingresos públicos se han reducido notablemente como consecuencia de la aguda contracción de la actividad económica. Durante los 6 primeros meses de 2020, los ingresos se redujeron en un 19,8%. Las mayores caídas se atribuyen al IVA, las telecomunicaciones y las aduanas que fueron un 49,8%, 44,4% y 32,4% respectivamente.
Se estima por tanto que los ingresos públicos en 2020 van a reducirse en aproximadamente 9 puntos porcentuales (pps) hasta alcanzar el 11,5% del PIB, comparado con el 20,7% de media entre 2013 y 2018.
En cuanto al gasto público, se espera que disminuya en 14 pps hasta situarse en torno al 17,3% del PIB. Esto se deriva de la disminución en el gasto primario y de los menores pagos de intereses de la deuda, en especial de la decisión de impago de los Eurobonos en marzo 2020. Así, en 2020 se prevé que la balanza fiscal mejore en 4,7 pps hasta alcanzar un -5,9% del PIB.
La crisis económica ha conducido a un agudo deterioro de la ratio de deuda pública del Líbano. A finales de 2020, se estima que ésta se sitúe en torno al 194% del PIB comparado con el 171% de 2019.
La política monetaria en el Líbano corre a cargo del Banco Central del país, el Banque du Liban (BdL), cuyo mayor éxito ha sido, gracias a una política monetaria conservadora, mantener la paridad entre el dólar americano (USD) y la libra libanesa (LBP) establecida en 1 USD/1.507,5 LBP interviniendo en el mercado de cambios con el soporte de sus elevadas reservas internacionales, y ofreciendo unos tipos de interés atractivos para los tenedores de deuda pública, que en su mayoría son los bancos locales.
El Banco Central es también responsable de gestionar las importantes emisiones de bonos del tesoro, vigilar el cumplimiento de las normas financieras que rigen la actividad bancaria y controlar la inflación regulando los tipos de interés. Hay que destacar el logro de haber robustecido el sistema financiero libanés, gracias a un oportuno ajuste de los coeficientes bancarios.
La política monetaria seguida por el BdL ha tenido como meta final el mantenimiento de flujos financieros permanentes hacia el Líbano al amparo de la ley del secreto bancario. Esta política se ha basado en una regulación bancaria fuerte y una estrecha supervisión que ha conseguido ampliar el flujo de entradas de capitales de los países vecinos productores de petróleo, creando un entorno propicio para la atracción y mantenimiento de los flujos financieros desde el exterior al Líbano. Como resultado de ello, la situación financiera del país es sólida.
Sin embargo, el hecho de depender casi exclusivamente de la política monetaria para asegurar la estabilidad macroeconómica ha frenado el desarrollo de los mercados financiero y de capital, y las entradas de capital extranjero han tenido un impacto reducido en la economía real, pese a los esfuerzos del BdL para promover el crédito al sector privado mediante planes anuales de estímulo de la economía.
Actualmente Líbano está en medio de una profunda crisis económico-financiera Ésta gira en torno a las presiones del mercado cambiario que desencadenan en altas tasas de inflación y amplias fluctuaciones de los tipos de cambio en el mercado negro. La inflación es un importante impuesto regresivo que afecta de manera desproporcionada a las comunidades más pobres y vulnerables y a los pensionistas, por lo que la brecha de desigualdad no hace más que aumentar.
El sistema monetario del Líbano está totalmente fragmentado. Así se presentan cuatro diferentes tipos de cambio:
- el oficial: 1.507,5 LBP/$,
- el bancario: 3.900LBP/$
- El oficial electrónico que fluctúa y que se sitúa en torno a los 12.000 LBP /$ (Sayrafa)
- el del mercado negro que a finales de 2021 se situaba entre 23.000 y 25.000 LBP/$.
Los fondos en dólares depositados en los bancos comerciales antes de la crisis están sujetos a severos controles de capitales y sólo pueden retirarse en cantidades limitadas y al tipo de cambio bancario, ser transferidos a otra cuenta local o ser retirados a través de intermediarios que cobran notables intereses.
Los cheques en dólares o los nuevos depósitos en dólares (fresh dollars) se intercambian en el mercado negro. Muchos negocios necesitan acceder a ellos para poder pagar las importaciones.
Finalmente, la escasez de dólares en el mercado y su limitada accesibilidad junto con la falta de incentivos para ahorrar en libras han hecho que la economía libanesa sea altamente dependiente de su efectivo: en agosto 2020 la cantidad de efectivo en circulación aumentó un 294% con respecto al año anterior.
El sistema financiero sufre un fuerte desapalancamiento: los depósitos privados en los bancos comerciales disminuyeron un 10,2% durante los primeros 8 meses de 2020 dada la necesidad de efectivo y la creciente dolarización. Los créditos al sector privado también se redujeron durante el mismo periodo en un 22,1%.
La posición neta de activos extranjeros ha continuado deteriorándose. En agosto 2020 el sector bancario poseía 4.400M$ en sucursales extranjeras mientras que los depósitos de no residentes en el Líbano ascendían a 7.500M$, es decir una posición neta en activos extranjeros de -3.100M$ frente a los -2.100M$ de finales del 2019.
Por otro lado, las importantes restricciones sobre la salida de capitales impuestas por el BdL han provocado que los tipos de interés de los depósitos disminuyan notablemente: entre octubre 2019 y agosto 2020 los depósitos en LBP y USD disminuyeron en 556 y 533 puntos básicos respectivamente.
Se espera que el BdL se vea sometido a fuertes presiones para llevar a cabo importantes reformas durante 2021-25. Los cambios se centrarán en reducir los poderes del banco central y de su gobernador, así como en mejorar la transparencia. La presión multilateral intentará alejar al Líbano de su estrategia de mantener la paridad fija con el dólar y de tasas de interés extremadamente altas hacia una política monetaria más sostenible que permita la recuperación del sector productivo. Las tasas de los bancos comerciales han caído sustancialmente en 2020, pero siguen siendo elevadas, con un promedio de 7.61% para préstamos y 4.03% para depósitos en octubre.
Aquí es importante remontarnos al programa político de gobiernos anteriores, y que incluía un importante paquete de medidas que tenían como finalidad impulsar la economía del país. Destacaban las siguientes:
- Reformas energéticas -el sector eléctrico del Líbano es crucial para el desarrollo del país- con el objetivo de acabar con los frecuentes cortes de suministro eléctrico de 3 a 6 horas al día.
- Ejecución del Plan Estratégico Nacional para el sector del agua (mejora del saneamiento y puesta en marcha de embalses).
- Fusión del ministerio de Telecomunicaciones y de Ogero, compañía estatal de teléfonos, para una mejor recaudación de los ingresos.
- Compromiso de acelerar la exploración de gas y petróleo del litoral, estancada por disputas políticas, con el fin de optimizar el uso de los recursos del país poniendo en marcha las licitaciones para la adjudicación de las prospecciones petrolíferas.
- Reformas en el transporte público, con la implantación de un plan que incluye la rehabilitación de la vía férrea, la remodelación de los puertos y el desarrollo de los aeropuertos de Beirut y de Quleiat, al norte del Líbano.
- Apoyo al sector agrícola, en declive desde hace más de una década.
- Compromiso de estimular la actividad económica mediante el fomento de la inversión privada.
En 2017 estas medidas aún no se habían implementado, y con la parálisis institucional que reinó en el país durante dos años y medio, desde 2014 hasta finales del 2016, no ha habido iniciativa originada en el sector público. De tal manera que continúan los mismos retos económicos, en una situación de mayor presión por el grave impacto del conflicto sirio en el Líbano, y la incertidumbre política, aumentado desde la renuncia del primer ministro el pasado 4 noviembre 2017, aunque la reconsideración de su postura generó una dosis de optimismo.
En el programa de gobierno del actual primer ministro, Saad Hariri, éste señala como principal problema en materia económica el grave impacto económico y social del conflicto de Siria en el Líbano, que se espera que se pueda aliviar con las contribuciones del Grupo Internacional de Apoyo al Líbano al Fondo Fiduciario de Donantes Múltiples, creado por el Banco Mundial para hacer frente a la llegada masiva de refugiados sirios. Otros puntos destacados del programa, de carácter económico y social, son la preocupante situación fiscal, el tenso diálogo social entre empresarios y sindicatos, la débil legislación sobre protección social y el retraso en el lanzamiento de la ronda de licitaciones para la prospección de los yacimientos marinos de gas.
En la Conferencia Cedres, abril 2018, el gobierno libanés, ha presentado el programa de inversión de capital (CIP) en la Conferencia de los CEDRES o Conferencia de parís IV, Conferencia Económica para el Desarrollo a través de las Reformas y las Empresas (CEDRE), organizada por Francia. Más de cincuenta países, organizaciones internacionales e Instituciones financieras acudieron participaron en la Conferencia. El gobierno ha estimado sus necesidades de financiación para el período de 2019 a 2024 a alrededor de $ 10 mil millones. Se esperaba aumentar al menos 6.500 millones respecto a la conferencia anterior. Sus expectativas se cumplieron en gran medida, pues se ha conseguido alrededor de $ 11.2 mil millones prometidos, incluyendo $ 9.9 mil millones en préstamos blandos, con una tasa de interés inferior al 1.5% durante al menos 25 años. Los donantes superaron el récord de la última conferencia de ayuda en Líbano, París III, y sus $ 7,6 mil millones comprometidos.
El resultado ha sido muy positivo, dado que aprobaron 10,95 mil millones de dólares americanos.
Actualmente, existen esperanzas de que se retomen las reformas necesarias en la infraestructura del país, gracias a los fondos multilaterales, especialmente europeos y Banco Mundial, que se invertirán en proyectos de infraestructura, gestión de residuos y tratamiento de aguas entre otros, todos ellos ligados al problema de los refugiados sirios y la carencia de infraestructuras para acoger a casi dos millones de refugiados, registrados y no registrados.
Para 2018 tras la reincorporación del primer ministro se esperaba que cambiara el clima de impás reinante y hubiera una dinamización institucional. Sin embargo, tras las elecciones de mayo de 2018, el gobierno es un gobierno en funciones y hasta 31 enero 2019 no se consiguió formar un nuevo gobierno.
En el sector del petróleo y gas se han aprobado dos decretos, pendientes de su aprobación desde el 2013, y que señalan el comienzo de las licitaciones para la concesión de bloques. Hasta la fecha se han licitado sólo dos bloques.
Se puede esperar cierta mejora en los sectores de turismo y construcción, ya que en el 2016 se había observado una disminución de los ingresos por turismo e inversión en inmuebles, procedentes del golfo pérsico.
El fin de la parálisis institucional debería suponer la agilización y mejor aprovechamiento de los recursos financieros de instituciones financieras multilaterales destinados a solventar y paliar los problemas generados por la crisis de los refugiados sirios, como por ejemplo la mejora de las infraestructuras.
El país necesita un verdadero diálogo económico y social. Por quinto año consecutivo el comité tripartito no ha sido convocado por el Ministerio de Trabajo para discutir temas como el coste de la vida, la revisión del salario mínimo o la revisión de los salarios en el sector privado. Y no parece que el Gobierno tenga entre sus prioridades el convocar al Consejo Económico y Social (desde 2003 no ha sido renovada esta Institución).
Los incentivos del Banco Central con sus inyecciones de dinero, seguirán apoyando la actividad económica, sobre todo en el sector inmobiliario, agrícola e industrial. También hay miedo a un aumento en las tasas de interés mundiales que podrían dificultar la devolución del pago de la deuda pública. Ello podría desincentivar a muchas empresas que quieren invertir a pesar de las incertidumbres políticas que siempre rodean a este país.