Marco Político
En definitiva, ninguno de los partidos políticos presenta oposición efectiva al régimen, ya que sus líderes son elegidos por el propio Presidente. En las últimas elecciones presidenciales, celebradas el 4 de diciembre de 2016 y criticadas por la OSCE, fue elegido, como estaba previsto, el hasta entonces Primer Ministro, Shavkat Mirziyóyev, con una victoria aplastante: el 88,6% de los votos con una participación del 88,7%. Su mandato de cinco años se extenderá hasta 2022. El nuevo presidente ha conseguido consolidar su poder, cooptando o marginando a potenciales rivales políticos, sustituyendo a élites locales y regionales, situando a elementos leales en posiciones clave del aparato de seguridad y acometiendo una reforma del mismo para limitar su influencia en la vida socioeconómica del país. En paralelo y como extensión a sus maniobras para consolidarse en el cargo, el presidente ha lanzado una campaña contra la corrupción, lo cual le ha granjeado las simpatías de la población. Las últimas elecciones presidenciales tuvieron lugar el pasado 24 de octubre de 2021. El presidente en funciones (Shavkat Mirziyoyev), ganó su segundo mandato con una mayoría del 80,1% de los votos. El reparto de votos hacia los candidatos quedó de la siguiente manera: Shavkat Mirziyoyev (Partido Liberal Democrático): 80.31%; Maqsuda Vorisova (Partido Democrático Popular): 6,65%; Alisher Qodirov (Partido Demócrata del Renacimiento Nacional): 5,49%; Narzullo Oblomurodov (Partido Ecologista): 4,15%; Bahrom Abduhalimov (Partido Democrático de la Justicia Social): 3,40%.
Uzbekistán se divide en doce provincias (viloyats), una república autónoma (Karakalpakstan, con 1,71 millones de habitantes) y una ciudad independiente (la capital, Taskent, con 2,57 millones de habitantes). Las provincias son, de mayor a menor población, las siguientes: Samarcanda, Ferganá, Kashkadar, Andillán, Taskent (provincia), Namangán, Surjandarín, Bujará, Corasmia, Djizaks, Navoi y Sir Daria. El 80% de la población se concentra en las provincias montañosas del este y del sureste.
Las siguientes figuras del Consejo de Ministros detentan responsabilidad sobre áreas de índole económica:
- Abdulá Aripov, primer ministro de la República de Uzbekistán.
- Jamshid Kuchkarov, viceprimer ministro para asuntos financieros y económicos y reducción de la pobreza.
- Shukhrat Ganiyev, viceprimer ministro para asuntos de desarrollo de los sectores agrario y alimentario.
- Sardor Umurzakov, viceprimer ministro para asuntos de inversiones y relaciones económicas exteriores.
- Behzod Musaev, viceprimer ministro para asuntos sociales.
- Achilbay Ramatov, viceprimer ministro para la vertebración del territorio y el desarrollo de infraestructuras y vías de comunicación.
- Aziz Abdukhakimov, viceprimer ministro encargado de los deportes y el turismo.
Además, cabe mencionar a los siguientes ministros:
- Timur Ishmetov, Ministro de Finanzas.
- Ibrohim Abdurajmonov, Ministro de Desarrollo de la Innovación.
- Jamshid Khodjaev, Ministro de Agricultura.
- Shavkat Khamroev, Ministro de Recursos Hídricos.
El gobierno del presidente Mirziyoyev está dando pasos firmes para mejorar las relaciones con los países vecinos, caracterizadas por tensiones durante la época del difunto presidente Karimov. La oposición del antiguo presidente a la construcción de presas en Kirguistán y Tayikistán (la gestión de los escasos recursos hídricos de la región ha sido tradicionalmente y una fuente de conflicto) y las disputas fronterizas entre Uzbekistán y Kirguizistán enrarecían el clima político de la región. Por ello, entre los indicios de cambio de rumbo Uzbekistán cabe destacar el que Taskent haya reducido su oposición a la construcción de la presa de Roghun en Tayikistán, esté dispuesto a prestar ayuda para la construcción de la central hidroeléctrica de Kambat-Ata 1 en Kirguistán, haya facilitado la irrigación de cultivos tayikos con agua del valle de Ferganá, haya reabierto varios pasos en la frontera uzbeko-tayika y esté resolviendo de manera amistosa sus conflictos fronterizos con Kirguistán. Además, el presidente se ha reunido con sus homónimos en el resto de países centroasiáticos, concluyendo acuerdos de cooperación en diferentes campos, a menudo en paralelo a contactos entre representantes del mundo de negocios. Con todo esto, Mirziyoyev quiere sentar los fundamentos de una región más estable y próspera en la que puedan fortalecerse las relaciones comerciales y energéticas.
Al mismo tiempo, el nuevo gobierno pretende involucrar más a la región en la gestión de la situación en Afganistán para mantener la estabilidad, lo cual es particularmente relevante para Uzbekistán teniendo en cuenta su experiencia pasada con el terrorismo y el riesgo de radicalización de los sectores jóvenes de su población. Las buenas relaciones con los vecinos son también una vía para aumentar el peso diplomático de la región.
La apertura política de Uzbekistán ha sido bien recibida por la UE y Estados Unidos, que están estudiando conceder préstamos al país y facilitar la inversión. En parte, esto se debe a la decisión del gobierno de abolir el trabajo forzado en los campos de algodón. Por otro parte, Uzbekistán se muestra favorable a cooperar con China en calidad de nodo logístico en el proyecto chino de reconstrucción de la antigua Ruta de la Seda (la iniciativa One Belt One Road). Respecto a Rusia, cabe destacar la celebración en 2017 del primer ejercicio militar conjunto entre ambos países en 12 años, que atestigua el deseo de ambos países por cooperar en torno a la cuestión afgana. La profundización de las relaciones con Rusia, complicadas durante la época de Karimov, podría conducir a la entrada del país en la Unión Económica Euroasiática.