Perú ha sido quizá el país latinoamericano más golpeado por la crisis sanitaria del COVID-19, que ocasionó además en 2020 un retroceso del PIB del 11,2%. Hay quien asegura que ha sido la mayor contracción de su economía en un siglo.
Hasta ese momento, disfrutaba de un crecimiento económico envidiable dentro de la región, que duraba ya dos décadas. Se trataba de un periodo de prosperidad sin precedentes.
La pandemia ha venido a dar al traste con muchas de las expectativas, pero no ha sido el único factor. Es innegable la inestabilidad política que se arrastra ya desde hace varios años, en concreto desde 2016, y que no ha encontrado su final con la llegada al Gobierno del presidente Pedro Castillo en julio pasado.
Diversos acontecimientos políticos recientes (cambios en el Gobierno, inestabilidad institucional, etc.), ampliamente reflejados por la prensa internacional han hecho pensar en una cierta pérdida de protagonismo de Perú como uno de los destinos más deseados por la inversión extranjera.
El país se está recuperando a marchas forzadas a lo largo de 2021, aunque los desafíos son de gran envergadura. Todos los análisis económicos destacan esencialmente tres: la incertidumbre política constante, el elevado nivel de informalidad de la economía -que tras la crisis sanitaria se ha aproximado ya al 80%-, y la tasa de pobreza, que afecta a más del 30% de la población.
Aunque la apertura comercial de la economía peruana se aceleró de forma notable en los últimos años gracias a la política de desarme arancelario y los tratados de libre comercio (TLC) firmados con terceros países, la pandemia ha hecho retroceder la tasa hasta el 34,6% en 2020, casi cinco puntos menos con respecto al año anterior.
De todos modos, Perú mantiene vigentes 23 acuerdos comerciales, entre ellos el TLC firmado con la UE en 2013, lo cual le permite el acceso y los intercambios comerciales con más de 50 mercados internacionales.
La penetración china en el mercado peruano hace que el país asiático se haya convertido en su principal proveedor, con una participación del 28,7% sobre el total importado, seguido por Estados Unidos (18,4%), Brasil (5,5%), Argentina (4,6%) y México (4,2%). España ocupó la decimosegunda posición, con una cuota del 1,8%.
La relativa fragmentación de la sociedad peruana, tanto geográfica (costa/ sierra/ selva) como económica y social es una realidad que ha de tener en cuenta cualquier agente económico que pretenda operar en el país.
Desde la Ofecomes en Lima se señala que “persisten grandes desigualdades, que limitan hasta cierto punto el atractivo del mercado peruano, pues buena parte de la población maneja todavía una economía de subsistencia, sin apenas capacidad de gasto más allá del de primera necesidad”.
Pero también es cierto que, tras el rápido crecimiento de los últimos años, la renta per cápita se ha elevado hasta los 13.202 dólares en paridad de poder adquisitivo (PPA), situando a Perú como un país de renta media.
De todas formas, debido a las desigualdades ya mencionadas, los datos positivos son compatibles con la existencia de grandes bolsas de pobreza, especialmente en el ámbito periurbano y rural.
En Perú, como en muchos países en los que ha tenido lugar un crecimiento importante y mantenido en el tiempo, se ha producido el nacimiento de una incipiente clase media, con perfiles todavía difusos, pero ya con algunas de las características al uso (por ejemplo, el gasto en electrodomésticos y bienes importados, compras en centros comerciales modernos, etc.)
La actividad económica del país se concentra en gran medida en la capital, (más del 40% del PIB peruano se genera en la región de Lima), así como todas las instituciones gubernamentales y la práctica totalidad de los centros de decisión empresariales; lo cual no obsta para que hayan aparecido otros polos de desarrollo a menor escala, principalmente la región de Arequipa y las ciudades del norte del país (Trujillo, Chiclayo y Piura).
Perú mantiene un régimen muy favorable a la inversión extranjera (IED), que es tratada de igual forma que la nacional, y permite la libre repatriación de divisas.
Por otro lado, la legislación admite los denominados Convenios de Estabilidad Jurídica con el Estado, mediante los cuales las empresas obtienen la garantía de continuidad del régimen tributario vigente en el momento de la firma del contrato durante el período estipulado en el convenio.
España es el primer país inversor, con un 17,4% sobre el stock total de IED, prácticamente a la par del Reino Unido (17,3%). Chile se sitúa en tercer lugar (14,9% del total). A mayor distancia figuran Estados Unidos (10,3%), Países Bajos (5,9%), Brasil (4,5%) y Colombia (4,4%).
Sin embargo, conviene destacar que en los últimos años la inversión procedente de China ha aumentado de forma considerable, hasta el punto de que algunas fuentes la sitúan ya en el primer lugar del ranking.
La secretaria de Estado de Comercio de España, Xiana Méndez, declaró recientemente, con motivo de su visita oficial a Perú, que “el país andino es un socio fundamental y estratégico para nosotros, entre otras razones por la presencia de casi 600 empresas españolas desde hace muchísimos años”.
Desde el punto de vista comercial, nuestro país mantiene tradicionalmente un déficit en la balanza comercial con Perú. En 2020, exportamos bienes por valor de 540 millones de euros, mientras nuestras importaciones alcanzaron los 1.066 millones de euros.
España se posicionó en una modesta decimosegunda posición como proveedor de Perú, con la ya citada cuota del 1,8% del total, lugar que ha mantenido durante los últimos tres años. Eso sí, entre los Estados miembros de la UE, es el segundo proveedor, solo por detrás de Alemania.
Nuestro país es, sin embargo, un socio inversor natural para Perú, y, de hecho, como ya se ha mencionado con anterioridad, es el más importante en lo que respecta al stock de inversiones registradas. Por otra parte, lleva a cabo una política de cooperación al desarrollo con el país muy activa.
MANUEL JAVIER ARCE
Informe Económico y Comercial. Perú
Ed. Ofecomes Lima, mayo 2023, 31 págs., en español
Guía de País. Perú
Ed. Ofecomes Lima, septiembre 2021, 56 págs., en español
Guía de incentivos a la implantación en Perú
Ed. Ofecomes Lima, octubre 2023, 12 págs., en español
Country Report. Peru
Ed. The Economist Intelligence Unit (EIU), diciembre 2021, 29 págs., en inglés
Estudios de mercado destacados
El mercado de equipamiento y material médico en Perú
Ofecomes Lima, ed. ICEX, 2020, 82 págs., en español
El mercado del agua y saneamiento en Perú
Ofecomes Lima, ed. ICEX, 2022, 90 págs., en español
Energías renovables no convencionales (ERNC) en Perú
Ofecomes Lima, ed. ICEX, noviembre 2020, 9 págs., en español
El mercado de los servicios mineros en Perú
Ofecomes Lima, ed. ICEX, 2022, 93 págs., en español
El mercado de productos gourmet en Perú
Ofecomes Lima, ed. ICEX, 2022, 77 págs., en español
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