Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones: beneficios para las pymes españolas

15/09/2015

La firma del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP, en sus siglas en inglés) entre Estados Unidos y la Unión Europea está todavía pendiente de un acuerdo estable entre ambas partes. Se encuentra, de hecho, en un estado muy temprano de negociación; según algunos expertos, solo se ha completado en un 30%.

Por el momento, algunos de los puntos más controvertidos tienen que ver con los servicios financieros, la energía, los alimentos transgénicos y la creación de un tribunal de arbitraje para resolver disputas entre las compañías privadas y los Estados.

Mientras se alargan las conversaciones y surgen los comentarios y posiciones a favor y en contra de la firma del acuerdo, las empresas, tanto españolas como europeas, siguen expectantes el proceso preguntándose qué efectos reales tendrá la aprobación de este tratado en sus negocios y qué ventajas les reportará.

Conviene tener presente que la UE y EE. UU. cuentan con una población conjunta de más de 825 millones de habitantes y representaron el 46% del PIB mundial en 2014. Para las empresas de la UE, mayoritariamente pymes, disponer de mayores facilidades para vender o invertir en EE. UU. supondría acceder a un mercado de 321 millones de habitantes con una renta per cápita superior a los 54.000 dólares. Algunas estimaciones cifran en 119.000 millones de euros la aportación que el acuerdo podría representaría para la economía europea. 

La UE es el segundo destino para las empresas estadounidenses exportadoras de bienes (después de Canadá) y el primero para las de servicios.

“Existen unos beneficios reales ligados a la firma del TTIP: reducción de barreras comerciales, apertura de los mercados de contratación pública y estandarización de las normas técnicas”

Existen unos beneficios reales ligados a la firma del TTIP que se circunscriben al hecho de reducir aún más las barreras comerciales, como algunos de los aranceles restantes (por pequeños que sean) entre la UE y EE. UU., la apertura de los mercados de contratación pública, que es una prioridad para la UE, y el trabajo en la estandarización de las normas técnicas para que estas no supongan barreras comerciales adicionales.

Quería detenerme a analizar los dos últimos puntos que considero muy importantes en la mejora del negocio de las pymes.

Si se produce de verdad una “apertura significativa” del mercado estadounidense de contratación pública a todos los niveles, las compañías europeas, y especialmente las pequeñas y medianas empresas, podrían optar a contratos públicos en EE. UU. en las áreas de construcción, ingeniería civil, transporte y energía. Las pymes ampliarían sus oportunidades de negocio, mejoraría la economía de sus países y se reduciría el paro.

A largo plazo, podría establecerse una plataforma electrónica on-line común para la contratación pública en la UE y en EE. UU. Si, con el tiempo, se adopta esta idea, ¿por qué no podría España ofrecerse para albergar la plataforma y cosechar los beneficios económicos de la actividad que genere, si esta es exitosa?

En relación con la estandarización de la normativa técnica de los productos, un objetivo central del TTIP consiste en promover una mayor compatibilidad reglamentaria de las normas técnicas entre EE. UU. y la UE para facilitar el comercio transatlántico y favorecer la innovación. Esta medida es básica para evitar obstáculos internos, tales como reglamentaciones innecesariamente complicadas o costosas que pueden restringir el comercio, además de exigir la movilización de numerosos recursos a las pymes.

Según un informe reciente de la Comisión Europea, en España hay unas 15.500 pymes* que exportan a EE. UU. por un valor total de 3.000 millones de euros, lo que significa el 35% del total de las exportaciones de España a EE. UU. Si esta cifra, ya de por sí relevante, se puede incrementar, a través de las acciones ya mencionadas, sería de gran beneficio para España. 

En lo que se refiere a inversiones, según la Organization for International Investment (OFII) -una asociación profesional- EE. UU. es el tercer destino de la inversión española en el exterior. La IED acumulada de España en el país totalizaba 54.745 millones de dólares en 2014, de acuerdo con el Departamento de Comercio estadounidense, cifra superior a la de, por ejemplo, Australia, Suecia o Italia.

Por su parte, EE. UU. es el segundo inversor en España, con un stock de 38.290 millones de euros en 2012, según el Ministerio de Economía y Competitividad. Como apunta la consultora Deloitte, en 2011 operaban en el mercado español 1.015 filiales de empresas estadounidenses, una cantidad muy superior a la de países más cercanos como el Reino Unido o Italia. Unos datos que vienen a confirmar la relevancia que un acuerdo TTIP bien negociado entre EE. UU. y la Unión Europea puede tener para la economía española.

*De acuerdo con la terminología de la UE, según la cual pyme es una empresa de entre 1 y 249 empleados; en España, el rango abarca entre 1 y 499 empleados.
GREGORY VOSS, PROFESOR DE ECONOMÍA, FINANZAS Y DERECHO DE TOULOUSE BUSINESS SCHOOL

 

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