La Organización Internacional del Trabajo (OIT), perteneciente a las Naciones Unidas (ONU), ha publicado recientemente el estudio Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2025, en el que se analizan los diferentes caminos por los que irá el mercado laboral a nivel mundial, con un enfoque particular en las disparidades de género.
Aunque el empleo mundial se mantuvo estable en 2024, la investigación revela que las mujeres siguen enfrentando desafíos como trabajadoras.
Por un lado, las tasas de participación en la fuerza de trabajo han disminuido en los países de renta baja y han aumentado en los de renta alta, especialmente entre los empleados de más edad y las mujeres. Sin embargo, las diferencias entre sexos siguen siendo significativas, con menos féminas en la población activa, lo que limita los avances en el nivel de vida, según concluye este análisis.
En cuanto a los sueldos, la OIT señala que, a nivel global, ellas siguen ganando entre un 20% y un 23% menos que los hombres por realizar el mismo trabajo. Esta disparidad salarial refleja que continúan existiendo desigualdades estructurales en el mercado laboral que afectan negativamente a las trabajadoras.
El informe también destaca que, aunque la inflación ha disminuido, sigue siendo elevada, lo que reduce el valor de los salarios. Los salarios reales solo han aumentado en algunas economías avanzadas, y la mayoría de ellas aún se están recuperando de los efectos de la pandemia y la inflación. Esta situación afecta de manera desproporcionada a las féminas, quienes suelen ocupar puestos de trabajo con salarios más bajos y condiciones más precarias.
El desempleo juvenil sigue siendo un desafío importante, con una tasa global del 12,6%. Las jóvenes enfrentan tasas de desempleo más altas en comparación con sus contrapartes masculinas, lo que refleja barreras adicionales en el acceso al empleo para las mujeres en sus primeros años de carrera profesional.
El informe de la OIT subraya la urgencia de implementar políticas que aborden las disparidades de género en el mercado laboral. Entre las recomendaciones se incluyen la promoción de la igualdad salarial, la mejora de las condiciones de trabajo en sectores altamente masculinizados y la implementación de medidas que faciliten la participación de las mujeres en la fuerza laboral, como el acceso a servicios de cuidado infantil y licencias parentales equitativas. Alguna de estas medidas ya ha sido implementada por la agencia de la ONU en su Plan de Acción sobre Igualdad de Género 2022-2025.