Experiencias

19-04-2023

Pilar Mateo es una de las cien científicas más influyentes a nivel mundial, con siete familias de patentes en un centenar de países. Sin embargo, ella se considera una inventora “sin temblores ni temores” o  una “activista con una brocha de pintura”, como la que le permitió acabar con la enfermedad de Chagas en Bolivia y hacer de ella una emprendedora social.

El momento clave en la vida de Pilar Mateo fue la invención de una nueva tecnología, la microencapsulación polimérica, una forma de encerrar  biocidas o reguladores del crecimiento de los insectos en esferas microscópicas, con el fin de que fueran liberando sus sustancias poco a poco tras ser aplicadas como pintura en las paredes. “Pensaba que iba a ser una solución para el hemisferio norte y controlar los mosquitos y las cucarachas que nos molestan a todos, y de repente vinieron a buscarme de Argentina y de Bolivia”, explica.

El doctor Cleto Cáceres fue uno de los que se presentaron ante ella con un mensaje dramático: “Mi pueblo se muere, el 95% tenemos el mal de Chagas”. Pilar Mateo creyó que su tecnología podía controlar el chinche que transmite la enfermedad. Fueron veinte años de trabajo en el Chaco boliviano “pensando que en un mes podría acabar con una enfermedad que duraba un siglo”, afirma Mateo, construyendo hasta paredes para aplicar su pintura y trabajando con los habitantes, sobre todo con las mujeres, para desarrollar sus aldeas. “No podría crear empresas que no fueran empresas sociales, de rentabilidad social”, asegura.

Hoy la tecnología de Pilar Mateo está validada por más de doscientos estudios científicos y empieza a ver su rentabilidad económica, tras numerosos proyectos de control de plagas en todo el mundo. “La gente que tenga dinero tendrá que pagarlo, quien no lo tenga no podrá hacerlo nunca, pero hay que hacerlo”, reflexiona. Porque tiene claro que su visión de la ciencia y la economía tiene futuro. “Ojalá en poco tiempo podamos hablar de la gente que realiza proyectos de desarrollo en lugar de enfermedades que tenían que estar solucionadas hace muchísimos años”, concluye.

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