Según publica Oman Observer, en los últimos años, el Gobierno ha estado adoptando medidas con el objetivo de aumentar los ingresos no relacionados con el sector de los hidrocarburos y reducir el gasto público, tratando de evitar cualquier impacto social negativo. Desde principios de 2020, la caída de los precios del petróleo y la paralización económica provocada por la pandemia de covid-19 han disminuido todavía más los ingresos públicos, insuficientes para cubrir el elevado nivel de gastos.

Para hacer frente a la situación, el Gobierno de Omán se ha visto obligado a reducir sus reservas y ha captado financiación en los mercados internacionales, Se ha producido un aumento significativo del endeudamiento, así como de su coste a niveles insostenibles. Las entidades de rating han bajado la calificación de la deuda soberana hasta bono basura y, de no tomar medidas, se esperan más rebajas.

El 31 de octubre, el Ministerio de Finanzas anunció un Plan Fiscal a Medio Plazo (MTFP) para conseguir la estabilidad fiscal para finales de 2024. Algunas de las medidas recogidas se implementarán de inmediato, mientras que otras se irán aplicando lo antes posible.

El MTFP identifica doce prioridades y cuatro objetivos a medio plazo:

• Diversificación económica y sostenibilidad fiscal
• Crear incentivos en el sector privado y en la inversión global
• Protección y bienestar social
• Optimización de la estructura, gestión y proyectos públicos

Además, el plan reconoce que es necesario implementar mejoras en la gestión de las finanzas públicas (GFP).

Desempeño económico y fiscal de Omán
Omán fue el primer país del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) en lanzar una estrategia a largo plazo centrada en la diversificación económica. Gracias a esta iniciativa, las actividades no relacionadas con los hidrocarburos han aumentado su peso durante los últimos años. La contribución de los sectores no relacionados con el petróleo se ha multiplicado, habiendo pasado de 11 000 millones de euros a 41 000 millones, de 1998 a 2019. En este último año representó el 67 % del PIB en comparación con el 36 % en 2001.

En 2020, antes de la pandemia, se esperaba un crecimiento positivo impulsado por importantes iniciativas no relacionadas con el petróleo y por la puesta en operación del proyecto de gas de Ghazeer. Según el FMI las previsiones eran de un aumento del 3,7 % y del 4,3 % del PIB en 2020 y 2021, respectivamente.

Desde 2014, el Gobierno está llevando a cabo importantes reformas fiscales como son:

• La introducción de impuestos al consumo (IVA). Mediante el Real Decreto nº 121/2020 se anunció su entrada en vigor a los 180 días de su publicación en el Boletín Oficial.
• La modificación del impuesto de sociedades.
• Reformas en las tarifas de los servicios gubernamentales.
• Reducción del gasto público de la Administración en un 13 %.
• Reducción de la inversión pública en más de un 20 %.
• Reducción en los subsidios públicos de casi un 50 %, principalmente en los combustibles y la energía.

El MTFP propone las siguientes nuevas medidas:

• Posibilidad de introducción de un impuesto sobre la renta, que aplicaría a las grandes fortunas.
• Reformas laborales de flexibilización del mercado laboral y revisión de los porcentajes de omanización (personal omaní mínimo requerido por ley).
• Mejora de la eficiencia y productividad del sector público y de su nivel de gastos.
• Revisión del sistema de ayudas y subsidios.

El plan intenta reducir las consecuencias socioeconómicas que resten atractivo al país como destino de inversión. Aun así, se espera que estas medidas ayuden a mejorar la posición financiera del Sultanato, el nivel de deuda pública, la confianza y el entorno crediticio.

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