Shareek, el nuevo programa de inversiones en Arabia Saudí


El 30 de marzo, el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, anunció Shareek, la segunda parte del programa de inversiones diseñado para reducir la dependencia del petróleo y diversificar la economía saudí. La primera parte del programa fue el paquete de inversiones del Fondo de Inversión Pública (PIF).

El programa, en su totalidad, está compuesto por tres iniciativas que, según Forbes, supondrán un total de 3,2 billones de dólares de inversión hasta 2030: 1) inversiones a través del PIF por un total de 800 000 millones de dólares; 2) Shareek, con inversiones asociadas saudíes por un valor de 1,3 billones de dólares, y 3) la estrategia nacional de inversión, aún no desvelada, con 1,1 billones de dólares de presupuesto de los que se espera que 535 000 millones sean inversión extranjera directa. Se prevé que para 2030 el programa, unido al consumo privado y al gasto público del gobierno, habrá generado un impacto de 7,2 billones de dólares en la economía.

Por su parte, el objetivo del programa Shareek es fomentar el desarrollo del sector privado para, en palabras del príncipe heredero publicadas por Aljazeera, “crear cientos de miles de puestos de trabajo y aumentar su contribución hasta el 65 % del PIB”.

En cuanto a su financiación, se ha anunciado que Aramco y la Corporación de Industrias Básicas de Arabia Saudita (SABIC, por sus siglas en inglés) tendrán un peso mayoritario y realizarán el 60 % de las inversiones asociadas, publica Aljazeera. Por el momento, no hay detalles de cómo se financiará el 40 % restante.

Para generar los recursos financieros necesarios se liquidarán participaciones y se lanzarán nuevas emisiones de acciones. Recientemente, publica Arab News, Aramco anunció la venta de una participación en un oleoducto por 12 400 millones de dólares. Además, el presidente de Aramco, Yasir Al-Rumayyan, ha valorado la posibilidad de realizar una nueva emisión de acciones “cuando las condiciones del mercado sean mejores” y manifestó la voluntad de Aramco de seguir monetizando activos adicionales a sus operaciones principales. También, Mohammed bin Salman mencionó la necesidad de que las empresas reduzcan sus dividendos y aumenten su gasto de capital, a cambio de lo cual el Gobierno les ofrecerá subsidios, incentivos y un marco regulatorio favorable.

La aportación de Aramco será, por tanto, clave para la materialización del programa de inversiones. No obstante, el coronavirus ha supuesto una merma considerable en su beneficio. Aramco ha reportado en 2020 un descenso en su beneficio neto de un 44,4 % respecto a 2019, pasando de los 88 200 millones de dólares en dicho año a 49 000 millones en 2020. No obstante, a pesar de esta drástica reducción de su beneficio, anunció un dividendo de 75 000 millones de dólares que ayudará a cubrir el déficit fiscal del Gobierno saudí, su principal accionista, según Arab News.

El desempeño de Aramco en los próximos años estará condicionado por la evolución del mercado de los hidrocarburos. Tras el descenso de los precios hasta los 40 dólares por barril en junio de 2020, el petróleo se ha recuperado hasta un promedio de 65 dólares el barril en marzo de 2021. Según previsiones de la Administración de Información Energética de EE. UU., para la segunda mitad de 2021 se promediará un precio de 61 dólares el barril y en 2022 bajará a 60. En cuanto a la demanda, parece que no se recuperará a corto plazo. La demanda global de petróleo se situó en 2020 en 92,2 millones de barriles diarios, 9 millones de barriles diarios menos que en 2019. En 2021 se espera un crecimiento de la demanda de 5,5 millones de barriles diarios y de otros 3,7 millones de barriles diarios en 2022.

En definitiva, el mercado del petróleo sigue siendo volátil por la incertidumbre sobre el proceso de vacunación y la consolidación de la recuperación económica. Esto, sumado a tendencias propias del mercado de hidrocarburos, como la ganancia de cuota de mercado de Estados Unidos y su petróleo Shell, puede limitar en el futuro el ingreso obtenido por Aramco, principal contribuyente del plan de inversiones.

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