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La mitad de la población mundial todavía cree que los hombres son mejores líderes políticos que las mujeres, y más del 40 % opina que los hombres son mejores ejecutivos, según los datos del informe.
El Índice de Normas Sociales de Género (GSNI), llevado a cabo por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) a partir de los últimos datos de la Encuesta Mundial de Valores, revela la falta de avances en la superación de los prejuicios contra las mujeres en la última década, ya que aproximadamente nueve de cada 10 hombres en el mundo siguen manteniendo un sesgo contra las mujeres en la actualidad.
Estos sesgos se manifiestan en la gran falta de representación de las féminas en posiciones de liderazgo. En promedio, alrededor del 10 % de las jefaturas de Estado o de Gobierno son ocupadas por mujeres desde 1995. Ellas ocupan sólo el 25 % de los escaños parlamentarios y el 22 % de los cargos ministeriales y suelen ser responsables de departamentos de igualdad, infancia, juventud, discapacidad, medioambiente o temáticas sociales. Para el 49 % de la población mundial, los hombres son considerados mejores líderes políticos que las mujeres y sólo el 27 % considera que la igualdad de derechos para ambos géneros es esencial para la democracia.
En el mercado de trabajo, las mujeres ocupan menos de la tercera parte de los cargos directivos. Además, las que logran alcanzar posiciones de liderazgo son juzgadas con mucha mayor dureza que sus compañeros hombres.
El informe se centra también en la desconexión existente entre el progreso de las mujeres en el ámbito educativo y su empoderamiento económico. Ellas cuentan con más formación y habilidades que nunca. Sin embargo, en los 59 países en que cuentan con un mayor nivel educativo que los hombres, la brecha salarial promedio sigue siendo muy elevada, con un 39% a favor de los varones.
El 28 % de la ciudadanía considera que la universidad es más importante para los hombres que para las mujeres, mientras que un 46 % cree que ellos deberían tener más derecho a acceder a un empleo que ellas, y un 43 % sostiene que los varones son mejores empresarios.
A pesar de la persistencia de sesgos contra el género femenino, los datos indican que se están produciendo cambios. Entre los 38 países con datos comparables a lo largo del tiempo, 27 experimentaron un aumento en la proporción de personas sin sesgo en ninguno de los indicadores.
Los autores del informe enfatizan que, si se desea impulsar el cambio hacia una mayor igualdad de género, es necesario centrarse en la expansión del desarrollo humano a través de la inversión, el aseguramiento y la innovación.
Esto implica, entre otras cosas, invertir en medidas legislativas y políticas que promuevan la igualdad de las mujeres en la participación política, el desarrollo de mecanismos de aseguramiento, como el fortalecimiento de los sistemas sociales de protección y cuidado; también la estimulación de intervenciones innovadoras que puedan ser particularmente efectivas para enfrentarse a las normas sociales perjudiciales, las actitudes patriarcales, y los estereotipos de género.