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La desigualdad entre hombres y mujeres en el mercado laboral representa un problema estructural que lastra la economía mundial. Así lo han evidenciado varios expertos laboralistas asegurando que afecta directamente al producto interior bruto.
La plena igualdad de género en el ámbito del trabajo incrementaría el PIB global un 30%. Esta es una de las principales conclusiones que se desprenden del XXIII Congreso de la Asociación Nacional de Laboralistas (Asnala), celebrado recientemente en Santiago de Compostela.
El dato se dio a conocer en una ponencia dedicada a las principales obligaciones en materia de igualdad, diversidad y violencia en el trabajo, durante la que se trataron otros aspectos relevantes relacionados con la conciliación y la brecha salarial.
Ellas solicitan el 85% de las medidas para equilibrar la vida laboral y familiar y la diferencia de salarios oscila en torno a un 20% a favor de ellos, según los datos aportados por Elena Mancha, inspectora de Trabajo y Seguridad Social y actual directora general de Relaciones Laborales de la Conselleria de Promoción del Empleo e Igualdad de la Xunta de Galicia.
Durante su intervención y tras haber revelado estos datos, la misma experta se refirió al techo de cristal como “un techo de cemento” y argumentó que la desigualdad laboral se incrementa cuando se trata de “una mujer discapacitada, lesbiana, negra o mayor de 55 años”.
Los expertos laboralistas que participaron en el XXIII Congreso de Asnala recordaron que los estados más igualitarios son los que tienen mayor crecimiento económico y que a España todavía le queda un largo camino por recorrer, a pesar de contar con una normativa suficientemente desarrollada al respecto. Y es que, a finales de 2022, solo el 24% de las empresas españolas de más de 50 trabajadores disponían de un Plan de Igualdad.