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La actividad genética se altera más en ellos durante una misión espacial y tardan más en recuperarse de los efectos adversos tras su regreso a la tierra.
El organismo femenino parece estar mejor preparado que el masculino para adaptarse a las condiciones extremas del espacio, según un estudio del Departamento de Fisiología y Biofísica de la Universidad de Cornell de Nueva York, publicado recientemente en la revista Nature Communications.
En concreto, la investigación se centró en los cambios del sistema inmunitario de los cuatro integrantes de la misión Space X Inspiration 4 de 2021, formada por dos mujeres y dos hombres con edades comprendidas entre los 29 y los 50 años. Se les tomaron muestras antes y después del vuelo espacial y las compararon con las de 64 astronautas de la NASA.
Como suele ser habitual en este tipo de casos, todos mostraron cambios asociados a la inflamación, el envejecimiento y la homeostasis muscular, lo que se conoce como firma de vuelo espacial. Pero estos les afectaron más a ellos que a ellas y, además, tardaron más tiempo en recuperarse tras su regreso a la tierra.
En concreto, la expresión genética de los dos hombres sufrió más alteraciones que la de las dos mujeres, es decir, los genes que utilizan las células de los diferentes órganos del cuerpo para realizar sus funciones se vieron modificados en mayor medida.
Según el estudio del Departamento de Fisiología y Biofísica de la Universidad de Cornell, se observaron cambios importantes en los genes masculinos que codifican la síntesis de diversas proteínas que actúan frente a las infecciones, la inflamación y la coagulación sanguínea. En el caso de las mujeres los valores se mantuvieron mucho más estables.
No existe una explicación clara a todo esto, pero los autores del estudio apuntan a que el cuerpo femenino podría estar más preparado para afrontar cambios drásticos. El embarazo es uno de estos cambios que ponen como ejemplo, ya que, durante la gestación, ellas experimentan alteraciones en la dinámica fluidos, un aspecto importante en las misiones espaciales.
En las conclusiones se advierte de que se trata de resultados preliminares que todavía hay que tomar con cautela, precisamente, porque los motivos por los que ocurre esto no están del todo claros. Pero abren la puerta a iniciar nuevos estudios sobre el sistema inmunológico de las mujeres y su adecuación a ambientes más hostiles.