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Según la institución, esta desigualdad es más amplia de lo previsto y afecta negativamente la participación femenina en el mercado de trabajo global.
Un reciente estudio del Banco Mundial revela que la brecha de género en la economía mundial es mayor de lo anticipado, mostrando desafíos para las féminas en el ámbito laboral. Este informe, parte de la serie "La mujer, la empresa y el derecho 2024", destaca que el acceso y la igualdad de condiciones en el trabajo se mantienen obstaculizados en una amplia variedad de sectores y regiones.
De acuerdo con este análisis, sólo el 55% de las mujeres participan en la economía global frente a un 94% de los hombres, lo cual representa una brecha de casi 40 puntos porcentuales, y ningún país ofrece equidad de oportunidades, ni siquiera las economías más ricas.
A nivel mundial, este margen afecta no solo a la inserción femenina en el mercado laboral, sino también a la calidad de empleo y las posibilidades de crecimiento económico a largo plazo. Además, el informe subraya la falta de reformas legales para proteger e impulsar la contribución femenina en varios países, limitando su acceso a recursos financieros, beneficios de salud, seguridad en el trabajo y oportunidades para adquirir nuevas habilidades.
La investigación, que abarca 190 naciones, examina la diferencia entre las reformas legales y su impacto real, revelando que las normas se implementan de forma limitada. A nivel global, aunque las leyes actuales otorgan a las mujeres dos tercios de los derechos de los hombres, solo el 40 % de los sistemas necesarios están en funcionamiento para aplicarlos.
El estudio también destaca casos concretos como el de la brecha salarial, ya que 98 países han aprobado leyes de igualdad en los sueldos, pero solo 35 han adoptado mecanismos para supervisar y asegurar su cumplimiento, lo que evidencia una falta de medidas efectivas contra la desigualdad.
La organización insta a los gobiernos y al sector privado a establecer políticas inclusivas y mecanismos de transparencia que garanticen un acceso equitativo de las mujeres al trabajo formal.
El estudio también resalta los beneficios económicos potenciales de reducir esta brecha de género. Se estima que una mayor inclusión femenina en la economía podría llevar a un aumento del PIB global y promover el desarrollo social. Sin embargo, los avances en materia de igualdad en el trabajo han sido lentos, y las reformas necesarias aún están pendientes en muchas partes del mundo.
“Urge más que nunca acelerar los esfuerzos para reformar las leyes y promulgar políticas públicas que empoderen a las mujeres para que puedan trabajar, crear empresas y hacerlas crecer”, ha señalado Tea Trumbic, autora principal del informe. “Hoy en día, apenas la mitad de las mujeres participa en la fuerza laboral mundial, mientras que, en los hombres, la proporción llega casi a tres de cada cuatro. Esto no solo es injusto, sino que constituye un despilfarro. Los países simplemente no pueden darse el lujo de dejar de lado a la mitad de su población”, concluye.