Menú
Según el Observatorio de la Mujer Profesional en España, el emprendimiento es entendido como oportunidad para conciliar para el 59% de las encuestadas.
La falta de corresponsabilidad en las tareas domésticas y familiares sigue lastrando el desarrollo profesional de las mujeres en España. El 47% de las mujeres encuestadas indican que ser madres ha modificado su trayectoria y situación laboral, mientras sólo el 8% de los padres ha tomado decisiones similares. Esta es una de las conclusiones del informe ‘Observatorio de la Mujer Profesional en España’ que ha elaborado EAE Business School, perteneciente al grupo Planeta Formación y Universidades.
Este informe revela que el 84% de las trabajadoras percibe una mayor presión social hacia ellas en la crianza, mucho más allá de los primeros meses en los que existe una necesidad biológica. Según el 49% de las encuestadas, esta desigualdad radica en que los hombres no han sido educados para ser cuidadores y carecen de herramientas necesarias para gestionar la emocionalidad y la logística que requiere.
El estudio también señala el emprendimiento como una solución para lograr la conciliación, ya que tres de cada cuatro mujeres (59%) indicó que consideró iniciar un negocio para tener mayor flexibilidad y mejores horarios. La realidad confirma que es así, ya que aquellas que lo hicieron (74%), lograron esta mayor flexibilidad, junto con libertad económica (59%).
Al referirse a las fórmulas de promoción profesional dentro de las compañías, las encuestadas se refirieron a la flexibilidad horaria (34%) como la medida de recursos humanos más favorable para alcanzar puestos directivos, que se apliquen a los dos progenitores políticas públicas de conciliación. Favorecer un liderazgo conciliador o mantener unas estructuras empresariales horizontales, fueron destacadas en un 29% de las respuestas.
Según los datos del estudio de EAE, el 64% de las directivas atribuye las mayores oportunidades de ascenso de los hombres a la menor carga familiar que asumen. Esto, junto con una brecha de género institucionalizada (manifestada por el 62%) y la falta de referentes femeninos en la dirección de las empresas (47%), dificulta la progresión profesional de las mujeres.