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El informe Mujeres e Innovación 2024 destaca por primera vez la diferencia de percepción que tienen las tecnólogas españolas sobre las condiciones de igualdad en sus empresas.
Por primera vez el barómetro bienal sobre Mujeres e Innovación 2024 realizado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades ha realizado una encuesta a 248 profesionales del ámbito tecnológico para conocer sus impresiones sobre emprendimiento, igualdad de oportunidades y toma de decisiones en el ámbito científico y tecnológico.
Los datos han puesto de manifiesto la diferencia de opiniones sobre las medidas de equidad implantadas en empresas, ya que aunque seis de cada diez encuestadas considera que son suficientes para garantizarla, solo el 34,2% de ellas cree que las mujeres ocupan una posición de liderazgo adecuada a su capacidad y únicamente el 33,7% piensa que las tareas de mayor prestigio se reparten de manera igualitaria. La maternidad no afecta de manera distinta según el sexo, opina el 67%, y de hecho, un porcentaje similar de sondeadas, el 65%, afirma que tener hijos puede afectar a la carrera profesional.
Así, el estudio deduce que las innovadoras poseen “cierta indefensión aprendida y que han interiorizado que deben pasar por esta situación”. Esto ocurre al menos en el ámbito universitario, donde todavía las investigadoras principales constituyen el 33% del total, mientras que las mujeres participan casi en el 39% de los equipos promotores de la creación de empresas de base tecnológica por parte del Personal Docente e Investigador de las universidades, cifra que ha subido cuatro puntos porcentuales desde 2019.
En el ámbito del emprendimiento, más de la mitad de las encuestadas (58,2%) declararon que habían creado su propio negocio, el 64,5% se han planteado poner en marcha una idea innovadora por producir un impacto positivo en su entorno, el 51,6% por la autorrealización personal, y el 48,4% por disponer de mayor autonomía e independencia creativa.
Entre las barreras que impiden desarrollar una startup tecnológica las encuestas a innovadoras refieren que la incertidumbre (55,2%) y las dificultades para obtener financiación (49,6%) son las principales razones para no lanzarse. Quizá porque casi la mitad (46%) han tenido que recurrir a inversiones particulares y al apoyo de la familia para obtener financiación y únicamente un 18,1% la obtuvieron de convocatorias públicas y un 13,3% de créditos bancarios.
Los grupos de discusión han arrojado otras respuestas cualitativas a preguntas acerca de la motivación para dedicarse a la innovación, en la que ellas han destacado la necesidad de aportar y mejorar la sociedad, en muchos casos por no poder hacerlo desde la investigación o la universidad. Comparten la visión de que la innovación está asentada bajo un modelo masculino que debe cambiar y que las tecnólogas siguen encontrando sus referentes femeninos en familiares o conocidas que no se dedican a la innovación, por causa de los pocos ejemplos de mujeres con trabajos STEM que tienen a su alrededor.