05/05/2015

Aurora Tarruella, consejera económica y comercial de la Embajada de España en Ankara, destaca el compromiso de Georgia con el crecimiento económico, así como su clima favorable para hacer negocios.

En los últimos años, gracias al rápido desarrollo de sus infraestructuras y a los avances en los sectores de energía, petróleo y gas, se encuentra cada vez más integrada a escala global en términos de comercio y relevancia internacional.

La liberalización de la economía llevada a cabo por el Gobierno, la desregulación de los mercados, la mejora de la gestión pública y una extensa inversión en infraestructuras han logrado situar a Georgia entre los destinos más atractivos.

Tras un período de ligera ralentización, la economía comenzó a recuperarse y fortalecerse a finales de 2013, ayudada por importantes medidas de estímulo fiscal en el último trimestre del año. En 2014, esta tendencia se consolidó.

Además, las reformas han reducido la corrupción y favorecido una mayor transparencia de las instituciones públicas y privadas, que sitúan al país en posiciones destacadas en los rankings mundiales de transparencia.

EE: ¿Cuál es la política comercial en Georgia?
AT: Desde 2004, el país se ha embarcado en un ambicioso proyecto de liberalización y flexibilización con el objetivo de atraer inversión. Para ello, las prácticas comerciales se han simplificado, homogeneizado, estandarizado y mejorado cualitativamente, a la vez que concretado cuantitativamente.

En este sentido, destacan las medidas encaminadas hacia la simplificación legislativa y comercial, la reducción de la burocracia, la eliminación de la corrupción, las mejoras del sistema judicial y las reducciones impositivas.

EE: ¿Cómo influye la legislación de Georgia en la participación del inversor extranjero en aquel mercado?
AT: Según la legislación georgiana, la apertura de un negocio es un proceso sencillo, basado en un sistema transparente que promueve la creación de nuevas empresas y el establecimiento de una nueva compañía en pocos días. Georgia muestra diversidad de oportunidades y una plataforma sólida para los negocios.

Además, la actualidad política está marcada por la estabilidad, junto a unas medidas económicas gubernamentales moderadas y predecibles. Hay que destacar las disposiciones y normativas encaminadas hacia un mayor acercamiento a los mercados europeos, que refuerzan el compromiso y tendencia proeuroatlántica.

Por otra parte, no hay que olvidar aspectos como una legislación laboral flexible, junto a una intensa lucha contra la corrupción que ha llevado al país a situarse en el puesto 22 en el Índice de Libertades Económicas de Heritage Foundation, muy por encima de muchos países europeos.

EE: ¿Cómo pueden calificarse las relaciones bilaterales entre España y Georgia?
AT: Si bien las relaciones económicas entre los dos países han sido limitadas en el pasado, existe un creciente interés por parte de las empresas españolas, atraídas por la considerable mejora del entorno y las medidas favorables a la inversión extranjera. Las restricciones a la participación de capital foráneo en los distintos sectores de actividad son prácticamente inexistentes.

España mantiene relaciones diplomáticas estables con la República de Georgia desde 1992, marcadas en la actualidad por la pertenencia de nuestro país a la Unión Europea y el deseo de evitar roces con Rusia.

Georgia tiene una representación diplomática en Madrid desde 2005 y el Gobierno español tiene acreditada ante Georgia la Embajada de España en Ankara (Turquía), al igual que la Consejería Económica y Comercial de la misma ciudad.

En 2014 se firmó un memorando de entendimiento por el que se crea una comisión mixta para el impulso de las relaciones económicas y comerciales, y otro de cooperación turística.

EE: ¿Existe financiación pública y multilateral para facilitar la presencia de empresas españolas en este mercado? ¿En qué marco se produce?
AT: Georgia es un gran beneficiario de la ayuda financiera internacional. Recibe financiación del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), del Banco Mundial, de la Corporación financiera Internacional (CFI), del Banco Asiático de Desarrollo (BAD) y del Banco Europeo de Inversiones (BEI), en el marco de la Política Europea de Vecindad, tanto en forma de préstamos como de donaciones.

También operan en este país el FMI y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF).

EE: ¿Qué consejos daría a una empresa española que quiera exportar o establecerse en Georgia?
AT: En primer lugar, hay que tener cuidado con la elección del importador o representante. Son habituales las empresas importadoras que se dedican a diversos productos, por lo que es recomendable, siempre que sea posible, trabajar con una empresa lo más especializada posible y con experiencia en el sector de que se trate.

Al trabajar con un nuevo importador o representante, es preciso revisar los medios de pago y las garantías. El crédito documentario es una buena forma de iniciar cualquier nueva operación y, una vez asentada la relación, pueden plantearse otras opciones.

También lo es contactar con servicios legales especializados, procurar la máxima especificación en los contratos y no dejar cabos sueltos. La relación habitual con las empresas georgianas suele ser muy afable y existe cierta tendencia al trato informal, pero siempre es aconsejable que todos los detalles de las operaciones queden firmados, a la vez que se realiza un seguimiento de las mismas.

Respecto al idioma, es preciso hacer mención al incremento de la población capaz de comunicarse en lengua inglesa, además de un extendido conocimiento del ruso. Por último, resulta importante informarse de las barreras comerciales existentes para cada producto.
JAVIER GARCÍA CUESTA