Alemania presenta en el año 2019 la estructura económica propia de un país altamente desarrollado, donde la agricultura tiene un escaso peso en el PIB. El sector industrial es comparativamente más importante, que en otros países, pero también está perdiendo importancia frente al sector servicios, tanto en ocupación, como en generación de valor añadido.
El sector agrícola alemán ocupa a algo menos de un millón de personas, aproximadamente un 2% de la población ocupada y genera alrededor del 0,9% del PIB. La Superficie Agrícola Útil (SAU) ha permanecido estable en los últimos años y está constituida por unas 16,6 millones de hectáreas (año 2019). La tierra cultivable está formada por 11,7 millones de hectáreas (año 2021). El número de explotaciones asciende a 267.000, de las que el 90% son familiares.
El principal cultivo es el cereal, que ocupa el 52% de la tierra cultivable (2018), destacando el trigo, el centeno y la cebada. Le siguen en importancia las plantas forrajeras (26%) y después los cultivos industriales (9,5%). Por volumen de producción también predominan los cereales y las plantas forrajeras, seguidas por las patatas.
La explotación agrícola tiene características diferentes según se trate de los antiguos o los nuevos Länder:
En los antiguos Länder predomina la explotación de pequeño tamaño – 49 hectáreas de promedio- aunque con tendencia a la concentración . El trabajo asalariado consiste sólo en el 47% de la ocupación total, siendo el resto empresarios individuales o familiares.
En los Länder de la antigua Alemania del Este, por el contrario, hay relativamente pocas explotaciones pero de mayor tamaño (246 hectáreas). Aquí el trabajo asalariado consiste en el 82% de la ocupación total.
De todos modos en todo el territorio nacional se está manifestando la misma tendencia hacia la concentración de las explotaciones, con su consiguiente disminución en número y aumento en superficie.
Alemania es el tercer país del mundo, tanto en importaciones como exportaciones agrícolas. En 2019 el grado de cobertura exterior fue del 82% con tendencia al alza y el déficit agrícola ascendió a 17.662 millones €.
Tras la última reforma de la PAC las ayudas recibidas por la agricultura alemana se situaron aproximadamente en los 4.799 millones de € en 2019.
Alemania es el primer productor de leche de la UE y el 5º del mundo. Destaca asimismo el volumen del ganado porcino, siendo el primer productor de carne porcina de la UE, con un 21% del total. En carne vacuna, Alemania es el segundo productor con un 14,5% del total.
El sector pesquero da trabajo a unas 40.000 personas y reviste especial importancia en las regiones marítimas del Mar del Norte y Mar Báltico. El total anual de capturas tuvo un valor aproximado de 283 millones € en 2018. Sin embargo la producción sólo da para cubrir el 22% del consumo doméstico. Algo más de la cuarta parte de las capturas consisten en arenques. Las siguientes especies por volumen son la caballa y la sardina. No obstante por valor de ventas la especie más importante son los cangrejos, algo más de la quinta parte del total.
La minería alemana está especializada en el carbón y se concentra en dos variedades; la hulla, que se extrae en la cuenca del Ruhr, y el lignito, que se extrae asimismo en la cuenca del Ruhr y también en el centro y el este de Alemania.
Alemania es el primer productor mundial de lignito, con una extracción anual de 166 millones de toneladas (2018). El 91% de la producción se emplea en la generación de electricidad y de calefacción urbana.
La industria emplea a unos 6,3 millones de personas, aproximadamente el 13,8% de toda la población ocupada (2020). Las características fundamentales son la elevada productividad y la fuerte orientación hacia los mercados exteriores.
En los primeros años 90 la aportación en valor añadido bruto del sector disminuyó, debido al importante desmantelamiento industrial operado en la antigua Alemania del Este tras la reunificación. Sin embargo posteriormente se ha mantenido más o menos estable durante los últimos 30 años, siendo de 20,21% en 2021, menor de lo que era en 1994, pero superior a la media de la UE (16,3%), así como de otras grandes economías como Gran Bretaña Y Francia. Por otra parte la contribución directa al PIB no capta toda la importancia de la industria para la economía alemana porque una parte de la cadena de valor se ha desplazado hacia servicios cercanos a la industria, para los que ésta constituye su principal demanda.
Aunque aproximadamente el 89% de las empresas son PYMES, dan empleo al 42% de la población ocupada en el sector y generan sólo el 29% de la facturación industrial total.
Por ramas de actividad la importancia principal corresponde a las más clásicas, como el automóvil, la química, maquinaria y metalurgia. En las tres primeras más del 60% de la facturación procede de la exportación (2021). Entre los sectores en ascenso destaca la biotecnología y el equipamiento de medio ambiente.
En los sectores del automóvil, maquinaria e industria química es donde se realiza el mayor gasto en I + D y también aquellos en que la balanza comercial arroja un superávit más elevado. La industria responde por el 85% de toda la investigación privada en I+D en Alemania.
El sector industrial en general y la energía en particular están muy condicionados en los últimos años por las necesidades de ahorro y la normativa medioambiental. Es cierto que a partir del 1 de julio de 2022 se ha suprimido la tasa de energías renovables, que repercutía al consumidor la prima pagada a los productores de dichas energías; pero el aumento general en los precios de la energía y en particular del gas como consecuencia de la guerra en Ucrania está provocando un aumento exacerbado del coste energético.
En los últimos años se ha potenciado mucho, tanto desde el Gobierno, como desde la misma Industria el concepto de INDUSTRIE 4.0, relacionado con la aplicación de las tecnologías digitales y del Internet de las cosas a los procesos productivos y logísticos, de las que se promete un gran aumento de la productividad. Ello no obstante la aún deficiente implantación de la red digital de fibra de vidrio así como de la red de telefonía móvil 5G suponen rémoras para la digitalización de la empresa alemana.
En los últimos años el sector servicios – sin contar la construcción - contabiliza alrededor de un 70% del PIB.
El aumento del sector servicios en su contribución al PIB ha tenido lugar principalmente por el aumento de empleo y recursos en el sector, mientras que en cambio el aumento de productividad ha sido siempre inferior al del sector productivo. Durante 2019, los servicios, incluída la construcción, dieron empleo al 80% de la población ocupada, correspondiente con unos 36 millones de personas, frente al 17% del sector industrial.
Por subsectores la evolución ha sido diferente. El subsector de servicios, financieros, que había aumentado considerablemente su peso dentro del total de los servicios, ha experimentado una fuerte reducción en los últimos años a consecuencia de la crisis financiera y actualmente responde por menos del 4% del valor añadido bruto. La mayor aportación viene ahora del sector inmobiliario, seguido por el de comercio y el de servicios de transporte y comunicaciones. La misma evolución se ha venido observando en cuanto a la creación de empleo.
La construcción en Alemania es un sector dual; existe una multitud de pequeñas empresas, con facturación inferior a 1.000 millones de euros y sólo cuatro grandes empresas, de facturación superior a 4.000 millones de euros, que son Hochtief, Strabag, Züblin y Goldbeck. De todos modos Hochtief, con una facturación más de tres veces superior a la de la segunda empresa, es la constructora más importante con cierta diferencia, aunque gran parte de su facturación, el 96%, la realiza en el extranjero. Desde 2011 Hochtief pertenece a la española ACS. Las grandes empresas tienden a concentrarse en el sector de la gran obra pública donde dominan el mercado, y las empresas medianas o pequeñas están más presentes en la construcción residencial, industrial o comercial.
En 2021 la construcción supuso casi el 6% del PIB, pero se trata probablemente de un efecto pasajero, provocado por la caída de facturación de otros servicios, más afectados por la crisis de la COVID. Un valor más normal sea posiblemente el de 2019, que ascendió al 4,5% del PIB. Por otra parte el reciente aumento en tipos de interés tras muchos años a tipo cero podría enfriar el mercado y reducir más la aportación de la construcción al PIB.
El descenso en la aportación al PIB por el sector productivo y el correlativo ascenso en el segmento de los servicios a empresas lleva a la conclusión de que ha habido un trasvase de empleo de aquél a éstos, originado por el aumento de la subcontratación o outsourcing de terceros por parte de la industria.
Al igual que con la industria, el sector servicios se está viendo afectado por el impacto de la digitalización; en particular el sector de la distribución y el de los servicios financieros están experimentando una importante reestructuración, concretada en la quiebra o el declive de algunas empresas tradicionales y el ascenso de aquellas que mejor emplean las nuevas tecnologías para eliminar canales intermediarios y acceder directamente al cliente.
Esto es una prueba
La tasa interanual del índice de precios al consumo en octubre de 2022 fue de 10,4%. La inflación está alcanzando valores no vistos en Alemania desde hace muchas décadas; la causa principal reside en el aumento del precio de la energía y del gas en particular a raíz de la guerra en Ucrania. Una causa secundaria son los cuellos de botella creados en las cadenas de suministro internacionales, en particular debido a la política de COVID cero, seguida por el Gobierno chino, que paraliza ciudades costeras y puertos. Aparte de la energía están subiendo también los precios de distintas materias primas, como cobre, cobalto, litio, zinc, níquel, acero, aluminio, madera, magnesio, amoniaco y trigo, algunas de ellas de gran importancia para varios sectores clave, como el coche eléctrico y la digitalización. Los bienes en general se están encareciendo más que los servicios. La inflación subyacente es del 5,0%. La tasa media en 2021 fue del 3,1% y en 2020 un 0,5%.
En octubre de 2022, el índice de precios a la producción industrial aumentó un 34,5% respecto al mismo mes de 2021.
Para combatir la crisis se acaban de acordar mecanismos de control de la electricidad y el gas, que se aplicarán con efecto retroactivo a partir de enero de 2022 y que posiblemente estén en vigor al menos durante un par de años. También desde mediados de 2022 las primas a las energías renovables han pasado de financiarse vía precios a vía presupuesto.Los sectores de red, en particular energía, ferrocarril, agua y correos se encuentran en régimen de monopolio u oligopolio, lo que dificulta la formación de precios de mercado competitivos. Existen otras figuras que distorsionan la formación de precios como numerosos impuestos sobre el consumo -alcohol, cerveza, lotería, seguros, etc.-
La red de autopistas alemana supera actualmente los 13.200 Kms. El uso de las autopistas en Alemania ha sido hasta ahora gratuito para los automóviles de turismo. Alemania aprobó la implantación de una viñeta en 2016, pero a mediados de 2019 el Tribunal la UE declaró que era contraria a derecho comunitario por discriminar a los conductores no residentes frente a los residentes, por lo que la gratuidad persiste.
Desde 2005, los vehículos de peso total autorizado superior a 12 Tm están obligados a satisfacer un peaje en autopistas - LKW-Maut-. Desde 2012 dicho peaje se aplica también en las carreteras federales – análogas a las nacionales en España -. A partir de octubre de 2015 comenzó a aplicarse el peaje igualmente para camiones de 7,5 toneladas. En principio iba a licitarse la gestión del cobro de este peaje para el período 2018-2030, pero finalmente el Estado alemán decidió desconvocar la licitación y nacionalizar la empresa gestora.
La longitud total de la red viaria es de casi 230.000 kms., de los que aproximadamente algo más de la quinta parte son autopistas y carreteras federales. Su mayor problema es el frecuente paso por las ciudades y pueblos en un país con tan alta densidad de población.
La velocidad en autopista, continúa sin limitación salvo, naturalmente, en los tramos señalizados. En las carreteras nacionales (Bundesstrassen), la velocidad máxima es de 100 Km/h. En las vías urbanas, el límite está en 50 Km/h, pero es muy frecuente verlo reducido a 30 Km/h en zonas residenciales. El límite de alcoholemia está en el 0,5 por mil.
La carretera es el medio más empleado para el transporte de mercancías; en 2021 se transportaron más de 3.685 millones de toneladas, el 82,3% del total. Le sigue a mucha distancia el ferrocarril con un 8,3% del total.
La red ferroviaria suma actualmente 38.394 kms., de los que más de 20.000 kms. están electrificados. La mitad del trazado dispone de dos ó más vías. Esto se traduce en una densidad de 106 kilómetros de vía por cada 1.000 km2, siendo la cuarta mayor densidad de la UE. Circulan a diario más de 630 trenes de largo recorrido, a intervalos de una hora, que enlazan más de 250 ciudades.
A la red anterior hay que añadir 3.273 kms. de metros y tranvías, así como 275 kms. de vías industriales, para un total de 41.942 kms.
Existen 2.391 kilómetros de línea de alta velocidad en Alemania, un 5,4% del total. El tren InterCityExpress (ICE), designa a los trenes de alta velocidad. Estos trenes fueron desarrollados a partir del año 1985 por Siemens. La tres primeras generaciones comenzaron a circular en los años 1990, 1996 y 2000 respectivamente. Las dos primeras ICE 1 e ICE 2 alcanzan una velocidad máxima de 280 km/h, el ICE 3 hasta 330 kms./h. La cuarta generación entró en funcionamiento en diciembre de 2017 y su velocidad máxima es de 280 kms./h. En total se espera que haya hasta 300 trenes de este nuevo modelo.
Actualmente las líneas de alta velocidad enlazan entre si a las principales ciudades alemanas, como Munich, Hamburgo, Berlín, Frankfurt, Colonia y Hannover.
El precio medio por km. es de aproximadamente 0,13 Euros en segunda clase y 0,2 Euros en primera. En los trenes de largo recorrido hay que abonar, además, un suplemento fijo de 3 Euros. Un billete individual de ida a vuelta entre Berlín y Munich (585 kms.) cuesta entre 230€ y 270 €. Estas son las tarifas normales, pero hay modalidades de abonos reducidos para viajeros habituales, familias y grupos, que permiten reducir los precios a una banda entre 60 y 90 euros. El mismo trayecto en avión cuesta entre 130 y 160 euros. Entre otros servicios que presta el ferrocarril, es interesante citar el de paquetería exprés, que garantiza la entrega en cualquier punto del país en la mañana siguiente al día del despacho. Los ferrocarriles transportaron un total de 388 millones de toneladas en mercancías durante 2021.
Los puertos marítimos canalizaron un tráfico de mercancías total de 284 millones de toneladas en 2021, de los que el 97% es tráfico de comercio exterior. Los puertos principales son Hamburgo, Bremen-Bremerhaven, Wilhelmshaven, Rostock y Lübeck. Por Hamburgo pasaron 125 millones de toneladas.
Es también muy importante el tráfico interior y con el exterior por vía fluvial (ríos y canales), que se extiende por 7.700 Km navegables. El volumen de tráfico de mercancías por esta vía alcanzó los 195 millones toneladas, de las que el 74% corresponden a operaciones de comercio exterior. Destaca la vía del Rin, que comunica Basilea con Rotterdam a través de algunas de las principales zonas económicas alemanas. El puerto fluvial más importante es el de Duisburgo, por el que han pasado 45 millones de toneladas en 2021.
Alemania cuenta con 24 aeropuertos, que han sido utilizados en 2021 por unos 35 millones de pasajeros en casi 70 millones de vuelos. La carga de mercancías transportada, incluyendo el correo postal, ascendió a unos 5,4 millones de toneladas. El aeropuerto más importante de Alemania y probablemente también de Europa es el de Frankfurt, por donde han pasado en 2021 casi 25 millones de pasajeros y 2,3 millones de toneladas en mercancías. Se encuentra además en un proceso de ampliación. Le siguen en importancia Munich, Düsseldorf y Berlín, aunque Leipzig es el segundo aeropuerto más importante en transporte de mercancías con 1,6 millones de toneladas. Las cifras de pasajeros siguen siendo muy inferiores a las de la época prepandemia.
Se ha observado que diversos aeropuertos alemanes tienen problemas de viabilidad económica, especialmente los pequeños y medianos; varios de ellos sobreviven gracias a las subvenciones y cuatro de ellos, en Lübeck, Zweibrücken, Parchim y Paderborn-Lippstadt, ya se han declarado en quiebra, lo que indica obviamente un exceso de capacidad.
Al igual que la mayor parte de los países desarrollados, el suministro energético de Alemania es altamente dependiente de los combustibles fósiles. Las energías renovables por el momento aportan únicamente el 16% de la energía primaria consumida por el país, aunque este porcentaje está aumentando y el Gobierno alemán tiene como objetivo que las energías renovables sean la fuente energética principal. El suministro de combustibles fósiles ha quedado gravemente comprometido con con la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia, que hasta ahora era el principal suministrador de gas, por lo cual se está recurriendo a proveedores alternativos, como Noruega o Bélgica, y al gas líquido, procedente de Quatar y de EEUU, pero para eso hay que crear una infraestructura de regasificación, que por el momento es inexistente.
En la generación eléctrica bruta las energías renovables fueron en 2021 en la principal fuente con el 44% del total. Le sigue el carbón en sus dos vertientes de hulla y lignito, con el 28% del total. El gas y la energía nuclear aportan un 15% y un 12% cada uno.
En 2011, a raíz del accidente en la central de Fukushima el Gobierno acordó un plan de abandono de la energía nuclear, que iba a cesar de emplearse en el año 2022, antes de que la guerra en Ucrania obligase a aplazar en tres meses la desconexión de las tres centrales aún operativas. Para sustituir el hueco dejado por la energía nuclear en la generación se confía en aprovechar la potencia de los campos eólicos offshore en el Mar del Norte. El concepto de ENERGIEWENDE o Transición Energética ha supuesto un cambio en el modelo energético propiciado por el Gobierno alemán, en el que habrá una disminución significativa de la utilización de los combustibles fósiles y de la energía nuclear, en favor de las energías renovables, con especial preponderancia de la energía eólica y de la solar. Una de las consecuencias más palpables de la transición energética ha sido la disminución del precio al por mayor - pero no al por menor - del kilowatio que ha vuelto las centrales térmicas de carbón y gas poco o nada rentables. Las dos principales empresas energéticas del país, Eon y RWE, cuyo modelo de generación estaba basado fundamentalmente en combustibles fósiles y nucleares, han tenido que reestructurarse totalmente, orientándose la primera hacia la distribución y comercialización y la segunda hacia la generación con energías renovables.
En 2019 se añadió a ello el plan de descarbonización de la economía alemana, consistente en desactivar toda la generación eléctrica basada en el carbón para el año 2038. A tal efecto ya se han decretado las indemnizaciones a las empresas, así como ayudas estructurales para las regiones afectadas por el cierre de centrales y minas. La guerra en Ucrania no obstante, ha forzado la reactivación temporal de varias centrales que ya habían entrado en reserva.
La población empleada, según datos de la Agencia Federal de Estadística (DESTATIS) ascendió, en septiembre de 2022, a 45,6 millones de personas.
En octubre de 2022 la tasa de paro ha sido el 5,3%. En octubre de 2021 la tasa había sido del 5,2%. El número de parados a finales de octubre de 2022 ha sido de 2,44 millones. En octubre de 2022 se mantiene la diferencia entre el paro en Alemania oriental (6,7%) y en la occidental (5,0%) pero la convergencia es evidente.El número de personas empleadas en Alemania en el 3er trimestre de 2022 ascendió a 45,6 millones, de los cuales 41,7 millones son empleados por cuenta ajena y 3,9 millones son autónomos.
La tasa de desempleo juvenil - hasta 29 años de edad - fue en Alemania del 4,8 en 2021, la quinta más baja de la UE - datos Eurostat-.
La legislación relativa a la negociación colectiva es ya bastante antigua, data de 1949, cuando la Constitución Alemana definió la negociación colectiva como un derecho de las asociaciones representativas de trabajadores y empleadores, en que el estado por norma general no debería intervenir. La Ley de Negociación Colectiva, TVG, – Tarifvertraggesetz – fue promulgada en ese mismo año y no ha experimentado grandes modificaciones desde entonces.
Los convenios colectivos pueden ser de carácter sectorial, geográfico o una combinación de ambos. También es perfectamente posible que una empresa individual tenga su propio convenio – Volkswagen sería el ejemplo más notorio -.
En principio los convenios colectivos obligan únicamente a los trabajadores y empresarios representados en ellos. Sin embargo cabe la posibilidad de que el Ministerio de Trabajo declare por decreto, que un convenio sea de aplicación general a todo un sector – Allgemeinverbindlichkeitserklärung - siempre que se den dos condiciones:
Aunque el marco legal de la negociación colectiva ha permanecido prácticamente inalterado durante todo este tiempo – incluso después de la reunificación – sí que se ha observado una importante disminución de los acuerdos declarados de aplicación general, normalmente debido a la oposición por parte de los empresarios. Por otra parte los convenios colectivos incluyen cada vez con más frecuencia cláusulas de excepción – Öffnungsklauseln -, que permiten a las partes diferir el cumplimiento de los términos del convenio según los casos.
El salario mínimo asciende a 12 euros/hora desde el 1 de octubre de 2022.
El PIB per cápita de Alemania en 2021 - en términos reales PPA - fue de 38.563 € . En España fue de 27.226 €. - datos Eurostat -.
Las estadísticas de la UE otorgan a Alemania un PIB per cápita en 2021 de 120, medido en términos de PPP y siendo 100 la media de la UE-27 - Sin Reino Unido- , frente al 84 de España. En 2020 Eurostat calculaba para Alemania un coeficiente Gini del 30,5 - significando 0 la máxima igualdad y 100 la máxima desigualdad en la distribución de la renta disponible . Con este valor Alemania ocupa el puesto 18º en la UE-27. España tiene un índice de 32,1 y ocupa la 24ª posición.
En lo relativo a la distribución geográfica de la renta Alemania puede dividirse actualmente en tres grandes bloques:
a. Las regiones del Norte y Oeste, en particular Renania del Norte y Baja Sajonia, tienen una renta per cápita más o menos similar a la media alemana. Estas regiones se apoyan económicamente en los sectores más tradicionales.
b. Las regiones del centro y el sur, en particular Baden-Würtemberg y Baviera, son las regiones más ricas del país - con la excepción de la ciudad-Estado de Hamburgo, en el norte -; son las que presentan mayor dinamismo económico y su soporte económico está más basado en los servicios, el sector financiero y las nuevas tecnologías.
c. Las regiones de la antigua RDA, en el Este. Se trata de las regiones más pobres y también con menor densidad de población, que han tenido que pasar por un largo y difícil período de reconversión de una economía centralizada a una de libre mercado. Su renta per cápita es la menor de Alemania aunque la zona está dando claras muestras de reactivación desde hace algunos años, en particular la región de Sajonia y la capital, Berlín.