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En la primera fase del plan, el gobierno libanés solicitará más de 10 000 millones de dólares (9105 millones de euros) al FMI concedidos en forma de préstamos, además de desbloquear los 11 000 millones prometidos en la conferencia CEDRE de 2018 celebrada en París, y que por falta de acción de los líderes a la hora de implementar reformas no habían sido liberados.
Según pública The Daily Star, el plan elaborado por el ejecutivo de Hassan Diab tiene como objetivo reestructurar los débiles sectores bancario y monetario, proteger el dinero de los depositantes en los bancos y reformar el sector eléctrico. Asimismo, el programa busca reducir la relación deuda/PIB a menos del 100 % y, con ello, devolver el crecimiento económico al país.
El plan de rescate se ha fraguado en medio de la peor crisis financiera y económica del Líbano desde el final de la Guerra Civil (1975-1990). El hundimiento económico llevó al gobierno a incumplir el pago de su deuda en marzo y las medidas de contención adoptadas contra la pandemia de COVID-19 no han hecho más que exacerbar la crisis: aumento de la inflación, escasez de liquidez y una fuerte depreciación de la libra libanesa frente al dólar.
