17/06/2022
Una economía en crecimiento como la sueca está dinamizando la construcción de nuevas vías de comunicación, que necesitan modernizarse y presentan cada vez más oportunidades.
Las autoridades suecas estiman que la población del país escandinavo aumentará más de un 15% para 2040. A este crecimiento demográfico sostenido se espera que se añada un fuerte impulso económico, con una producción nacional y un comercio exterior que podrían elevarse un 50%, mientras que la renta per cápita lo haría en torno al 40% para esa fecha.
Este entorno expansivo acentúa aún más la importancia de contar con una red de infraestructuras moderna que lo sustente. Las previsiones apuntan a un crecimiento de entre un 25% y un 30% en el transporte de pasajeros para este período y una cifra incluso superior para el de mercancías. Todos los modos de transporte verán subir sus guarismos, aunque se espera que sea el ferroviario el que experimente un mayor crecimiento relativo.
A este incremento de la demanda se suma el hecho de que algunas de las infraestructuras para el transporte existentes son bastante antiguas o no están preparadas para una demanda que no cesa de crecer.
Como muestra de ello, el organismo estatal responsable de la planificación a largo plazo de la red de transporte por carretera, ferroviario, marítimo y aéreo, Trafikverket, afirma que el 63% de la red estatal de carreteras es anterior a 1970 y que las operaciones de mantenimiento son insuficientes para dar acomodo al volumen actual de tráfico.
El mantenimiento ha sido y sigue siendo uno de los principios rectores de actuación de las instituciones suecas. Pero, desde hace varios años, y especialmente desde 2014, el Gobierno ha impulsado de forma notable el desarrollo de nuevos proyectos para construir una red más moderna, sostenible y capaz de afrontar los crecientes retos que plantea una economía dinámica y comprometida con el cumplimiento de los compromisos climáticos.
En concreto, estos plantean que las emisiones del transporte doméstico, excluida la aviación, se reduzcan un 70% frente a lo registrado en 2010 y que se logre el objetivo de cero emisiones para el año 2045.
El Plan Nacional de Infraestructuras sueco 2018-2029 supuso un paso adelante, con un presupuesto estimado en unos 63.000 millones de euros. De ellos, cerca de 33.350 millones se destinan a la construcción y al desarrollo de infraestructuras, mientras que 16.400 y 12.500 se dirigen al mantenimiento de carreteras y vías ferroviarias, respectivamente, y otros 9.000 millones para cambios y reformas.
El nuevo plan para el período 2022-2033 acaba de ser aprobado y ahonda en ese compromiso al presentar el marco financiero más amplio de la historia del sector, con un presupuesto estimado en cerca de 78.000 millones de euros, a los que se sumarán otros 8.000 millones en concepto de tarifas de congestión y otras tasas (ver infografía adjunta).
De esta forma, alrededor de 16.000 millones de euros irán destinados al mantenimiento de la red ferroviaria, mientras que otros cerca de 19.000 millones servirán para el mantenimiento de carreteras y la parte más importante, unos 41.000 millones de euros, se utilizará para el desarrollo de infraestructuras.
Las medidas prioritarias de esta estrategia común de renovación de las redes de transporte actuales y de ampliación de las líneas troncales ya se están materializando en el desarrollo de numerosos proyectos. Quizás el objetivo a largo plazo más ambicioso sea el que busca conectar con trenes de alta velocidad las tres ciudades principales (Estocolmo, Gotemburgo y Malmoe) a través de varias ejecuciones.
Pero también hay espacio para otras iniciativas ferroviarias convencionales, para la construcción de carreteras o para la remodelación de infraestructuras varias. Es más, el nuevo plan nacional cuenta con un centenar de grandes proyectos con inversiones superiores a los 100 millones de coronas suecas, unos nueve millones de euros, por proyecto. Entre ellos, destacan la expansión de la Línea de la Costa Este; la nueva vía doble entre Maria-Helsingborg C y Västra; la línea principal entre Laxå y Alingsås; las nuevas líneas del East Link, Gotemburgo-Borås y Hässleholm; o la expansión de la línea de Norrbotnia en la sección Dåva-Skellefteå.
También se prevé la ampliación de la circunvalación E4 Skellefteå y el desarrollo de la red de carreteras E22, E16 y Rv26, así como el desarrollo del puente de Mälaren Rv 55. Está previsto igualmente dragar los puertos de Gotemburgo y Luleå, construir un rompehielos y renovar las esclusas de Trollhättan y Södertälje.
La Administración de Transporte de Suecia, Trafikverket, desempeña aquí un papel protagonista, pues es el principal actor en el sector, con un volumen de compra que ha ascendido durante los últimos años y se sitúa actualmente por encima de los 4.000 millones de euros por ejercicio.
Esta institución no solo planifica, sino que es la encargada de la gestión y licitación de buena parte de las infraestructuras. En muchos casos, esto se realiza en coordinación con las regiones y los municipios, que también participan en el desarrollo e implementación práctica de unas políticas gubernamentales en las que suele primar el consenso entre todos los agentes.
La contratación pública en Suecia está regida fundamentalmente por la Ley de Contratación Pública (Lagen om offentlig upphandling -LOU-), cuya última modificación entró en vigor en 2019 y se basa en la Directiva 2014/24 UE, y por la Ley sobre la Contratación de Suministros (Lagen om upphandling inom försörjningssektom -LUF-). Las disposiciones de esta última son más flexibles, pero es el valor de las licitaciones el que determina la normativa aplicable a los contratos.
Así, si se supera el umbral determinado por la normativa comunitaria, será esta la aplicable, pero en todos los casos el sistema de selección se basa en los principios de igualdad y no discriminación, transparencia, reconocimiento mutuo y proporcionalidad y suele constar de dos fases: precalificación y evaluación y selección final.
Además del presupuesto ofertado, desde la Ofecomes en Estocolmo se destacan otros factores que influyen en la decisión final y que están muy relacionados con la cultura local, como el respeto al medio ambiente y la innovación, a los que se añade la creciente preocupación por la seguridad laboral
También hay que tener en cuenta una serie de obstáculos que dificultan el trabajo en este campo. Por un lado, la existencia de los denominados soft criteria: la indeterminación de ciertos criterios en las licitaciones, que complican su cumplimiento. Por el otro, el tamaño de los proyectos, puesto que, una vez materializados, suelen dividirse en varios de menor entidad e inversión, a lo que se suman los largos plazos con los que se planifican y que pueden llevar a cambios importantes en las situaciones previstas en un inicio.
Todo ello configura un mercado exigente y competitivo, que se caracteriza además por un elevado, y cada vez mayor, grado de concentración en todos los segmentos de actividad y en los que las firmas locales son los principales referentes, sobre todo para los grandes proyectos públicos.
Aquí, el conocimiento del idioma y de la cultura empresarial local resulta imprescindible y hace especialmente conveniente la opción de entrada mediante un consorcio con alguna compañía local.
No obstante, según resalta la Ofecomes en Estocolmo, “la cuota de competidores extranjeros ha crecido durante los últimos años, tanto en número de contratos como en el tamaño de estos”. La apertura del mercado de Suecia es relativamente reciente y todavía son necesarios esfuerzos para lograr socios suecos dispuestos a colaborar con empresas foráneas.
El sector español de la ingeniería y la construcción civil disfruta de una buena acogida en este mercado por el reconocimiento que ha conseguido gracias a los trabajos realizados por todo el mundo, que lo han situado entre los líderes mundiales en facturación. Estas referencias internacionales demuestran la capacidad e innovación de nuestras firmas.
Sirven igualmente para afianzar su posición en un sector local que se enfrenta a una transformación en la que la digitalización, la sostenibilidad y la transición energética o la alta accesibilidad a unos medios de transporte cada vez más integrados cobran cada vez más protagonismo.
Ejemplos de esa presencia en Suecia los encontramos entre las grandes firmas de construcción civil e ingeniería como OHLA, que está ejecutando la ampliación del tranvía de Lund en consorcio con una empresa sueca y se adjudicó en 2021 dos grandes contratos para la ampliación de la línea azul del metro de Estocolmo.
En esta infraestructura también ha participado la empresa consultora TYPSA realizando estudios preliminares, al igual que en otros proyectos ferroviarios.
También la empresa vasca Saitec dispone de amplia experiencia en el país y cuenta con un acuerdo marco con Trafikverket para hacer trabajos de ingeniería en el ámbito del ferrocarril.
Mientras, la firma tecnológica integradora de sistemas SICE ha ganado varias licitaciones en los últimos años tanto con Trafikverket como con la Autoridad de Transportes de Estocolmo, que es otro de los mayores licitadores suecos.
Por su parte, Sacyr consiguió a principios de año su primer proyecto en el país: la ampliación de una carretera y la construcción de una variante urbana por importe de unos 56 millones de euros en consorcio con un socio local.
Aunque algunos críticos señalan que pese al notable esfuerzo presupuestario que se está realizando este no es suficiente para concretar todos los objetivos multimillonarios planteados, lo cierto es que los próximos años verán realizarse bastantes de esos proyectos con sus correspondientes licitaciones, así como otros muchos de mantenimiento.
Gracias a ello, el mercado sueco reforzará su rol como uno de los más dinámicos del continente y, tal como se recalca desde la Ofecomes en Estocolmo, las firmas españolas de ingeniería y construcción cuentan con el bagaje y conocimientos técnicos necesarios para participar activamente en ese desarrollo, pero resulta vital adaptarse cuidadosamente a los requisitos establecidos.
La Representación española añade además que las mayores oportunidades de negocio para nuestras empresas se encuentran en buena medida en esas actividades en las que ya se cuenta con amplia experiencia.
Son los casos del ya mencionado desarrollo de la red de alta velocidad que unirá los principales núcleos urbanos del país, un proyecto a largo plazo que requerirá de décadas para completarse, de la implantación del Sistema de Gestión de Tráfico Ferroviario Europeo (ERTMS) o de la creación de las estaciones multimodales en aeropuertos y de puentes y túneles.
JAVIER GARCÍA CUESTA
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informacion@icex.esEl mercado de las infraestructuras de transporte en Suecia
Ofecomes Estocolmo, ed. ICEX, diciembre 2021, 141 págs., en español
Summary of “A direction framework for long-term infraestructure-planning, for the periods 2022-2033 and 2022-2036”
Trafikverket, 2021, 16 págs., en inglés
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