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El plan del agua de Macron promueve la sobriedad y las innovaciones tecnológicas

13/04/2023
Emmanuel Macron en Savines-Le-Lac, el pasado 30 de marzo de 2023.

Abordar la preocupante situación de la gestión del agua en el contexto de la actual sequía

El pasado jueves 30 de marzo, el presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, se desplazó al departamento Altos Alpes (Hautes-Alpes), en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, para abordar la preocupante situación de la gestión del agua en el contexto de la actual sequía.

La disminución del caudal de los ríos y las aguas subterráneas, así como la falta de precipitaciones, están contribuyendo a una preocupante disminución de los niveles de agua en todo el país.

En vista de la dimensión global del problema de la escasez de agua, resultado del cambio climático, el presidente anunció un plan hidrológico integral que abarca todos los sectores económicos (energía, industria, ocio, agricultura, entre otros), con el objetivo de ahorrar un 10% del suministro de agua de aquí al año 2030, apoyándose en las nuevas tecnologías.

Una de las medidas que se han mencionado es la implementación de una tarificación progresiva del agua, tanto para particulares como para profesionales. Los primeros metros cúbicos se facturan a precio de coste, y a partir de cierta cantidad consumida, el precio del metro cúbico aumenta. Por ejemplo, en la ciudad de Montpellier, ya están probando este tipo de estrategia. Los particulares reciben 15 metros cúbicos de agua gratis al año. A partir de esa cantidad, la tarifa es progresiva. Una vez superados los 15 metros cúbicos hasta un máximo de 240, el coste es de 1,40 euros, y a partir de 240 metros cúbicos, de 2,60 euros.El objetivo es animar a los residentes a reducir el consumo de agua. Con estas medidas, los propietarios de piscinas permanecen en el punto de mira. Libourne, Arrás, Ruan, Niort y Dunkerque se encuentran también entre las ciudades en las que ya se aplica esta estrategia.

No obstante, los agricultores y la Federación Nacional de los Sindicatos Explotadores Agrícolas (FNSEA) no han acogido con agrado las 53 medidas propuestas, y a pesar de estar a favor de la reducción de las extracciones de agua para el año 2030, consideran que el plan es impreciso y ambiguo, dado que el presidente no expuso en detalle las medidas que se piensan implantar.

Según el presidente, la inminente sequía provocará un aumento del riego, y los agricultores tendrán que conformarse con volúmenes constantes de agua, lo que obligará a adaptar sus prácticas y equipos a esta nueva situación. Para ello, el gobierno ha prometido una ayuda de 100 millones de euros, una cantidad que la FNSEA considera insuficiente.

Asimismo, la FNSEA critica que las nuevas medidas no eliminen las trabas administrativas, como el calendario que limita el almacenamiento de agua del 1 de noviembre al 31 de marzo, y pide una mayor flexibilidad para adaptarse a la realidad del cambio climático.

Los agricultores también se quejan de que el discurso del presidente se ha centrado principalmente en el regadío, cuando solo el 7% de las tierras agrícolas funcionan con este sistema. En lugar de enfatizar en la innovación y el progreso científico, la Asociación de Agricultores cree que la solución radica en la evolución de las prácticas agrícolas.

En resumen, el mandatario ha hecho un llamamiento a la conciencia ciudadana para ahorrar agua, al igual que lo han hecho con la energía durante el invierno. Para ello se ha propuesto ayudar a los ciudadanos a instalar colectores de agua de lluvia e implementar una tarificación progresiva del agua.