La Comisión Europea grava desde el 5 de julio de 2024 las importaciones de vehículos eléctricos procedentes de China con unos aranceles de hasta el 37,6%, que se sumarían al 10% que ya se cobran.
Esto sucede tras considerar que los fabricantes chinos de vehículos eléctricos gozan de una ventaja “desleal”, al beneficiarse de subsidios que otorga el gobierno de Pekín para hacer sus marcas más competitivas en un mercado de la automoción que consideran estratégico.
Los aranceles se han impuesto principalmente a tres fabricantes: BYD (con un gravamen del 17,4%), Geely (19,9%) y SAIC (37,6%), mientras que a otros posibles fabricantes se les aplicaría un arancel del 20,8%.
La Unión Europea no es la única que toma este tipo de medidas para frenar la llegada de vehículos eléctricos del país asiático. Estados Unidos ha impuesto un arancel del 100% sobre el valor del coche, India aplica un 70%, y Turquía un 40%.
Esta medida puede suponer un golpe importante al gigante asiático, que en 2023 exportó vehículos eléctricos por valor de 9 676 millones de euros a toda la Unión Europea. España fue el segundo mayor importador de esta partida, importando coches eléctricos chinos por valor de 2 245 millones de euros.
La respuesta de China no se ha hecho esperar: el 17 de junio de 2024, el gobierno chino anunció una investigación antidumping a algunos productos del sector porcino europeo, aunque se excluirán los embutidos y el jamón. Según el Ministerio de Comercio chino, esta investigación se finalizará antes del 17 de junio de 2025. China sospecha que varias firmas europeas estarían vendiendo productos porcinos a precios por debajo de sus costes para dañar a sus productores nacionales e impedir que su producción se recupere.
En 2023, el mercado chino fue uno de los principales destinos de la carne de porcino española, con exportaciones por valor de 682,1 millones de euros (10,8% del total), por lo que sería uno de los países europeos más afectados por estas posibles medidas.