Asimismo, informa La Nación, se le asignará la implementación de la Ley de Empleo Público y comenzará a decidir sobre las finanzas de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), institución con gran influencia sobre la estabilidad fiscal del Gobierno Central.
En cuanto a la situación del Gobierno Fiscal, Costa Rica prevé un superávit primario derivado de un incremento en sus ingresos (impuestos, principalmente) que permitirá pagar una pequeña parte del pago de intereses. Este excedente permitirá rebajar la deuda del Gobierno respecto a la producción, que deberá ir acompañado del crecimiento de la economía y las tasas de interés.
La Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas establece un umbral de endeudamiento público del 60 % de la producción, el cual se verá superado según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional para 2022, con un 68,6 %.
En cuanto a la cuenta de intereses, en febrero de 2022 se pagó un 5,4 % sobre la producción estimada para este mismo año, monto que se acerca al presupuesto del Ministerio de Educación Pública (6,6 %). Sin embargo, se espera que la llegada de créditos externos alivie la carga del pago de intereses, siempre y cuando no se presenten subidas de tasas de interés derivadas del crecimiento de la inflación.
El exministro de Hacienda y economista, Thelmo Vargas, resaltó la importancia de reducir el alto endeudamiento público a través del control firme del gasto y con medidas que promuevan mayor crecimiento económico, no a través del aumento de impuestos. Sin embargo, dicho crecimiento se encuentra amenazado por la guerra en Ucrania y la situación fiscal costarricense.
Finalmente, según el economista y también exministro de Hacienda, Rodrigo Bolaños, el reto fiscal que se avecina son las finanzas de la seguridad social (salud, pensiones, gasto social y la CCSS) que, en su criterio, van a requerir una sustitución del impuesto a las planillas y una mayor tasa del impuesto al valor agregado (IVA) y del tributo sobre la renta.