La Vie Éco se hace eco del último estudio (publicado el 31 de enero) de la Dirección de Estudios y Previsiones Financieras (DEPF), en el cual se señala que Marruecos ha conseguido, en pocos años, mejorar su posicionamiento en las cadenas globales de valor. El DEPF ha indicado que, aunque persisten disparidades en los distintos sectores productivos, en los últimos años se ha observado un aumento del valor añadido extranjero a las exportaciones nacionales y también del valor añadido local a las exportaciones de terceros países.
En el espacio de 13 años, Marruecos ha ganado un 7,6 % en su participación en las cadenas de valor mundiales, hasta el 46,7 % en 2018, debido principalmente al componente de participación ascendente (5,1 %). Sin embargo, su participación en el mercado descendente mejoró un 2,6 % entre 2005 y 2018, pasando del 12,7 % al 15,3 %.
Hasna Mrani Alaoui, autora de este policy brief, ha señalado que Marruecos dispone de un margen de maniobra para realizar importantes economías de escala, “pero sigue enfrentándose al doble reto de pasar a segmentos de mayor valor añadido y de implicar más al tejido productivo local en estas cadenas, a riesgo de quedarse confinado en segmentos no productivos".
Según el mismo informe, los retos a los que se enfrenta Marruecos están especialmente relacionados con la inversión en capital intelectual, señalando que esta inversión contribuye no solo a la mejora de la productividad, sino también a la diferenciación del producto final de la cadena y al fortalecimiento de su presencia en las redes mundiales.
En este contexto, se aboga por la coherencia entre la oferta de formación profesional y las opciones estratégicas de desarrollo del país, así como por una mejor conexión entre los centros de investigación y el sector privado. El refuerzo de la integración a nivel regional también se encuentra entre los retos a los que hay que hacer frente.