Históricamente exportadora de acero, Sudáfrica se convirtió en importadora neta desde principios de 2020, coincidiendo con una escasez de suministro a causa de la pandemia.
Sin embargo, informa Engineering News, los efectos de la pandemia no son razón suficiente para explicar este cambio de tendencia. Y es que, según algunas estimaciones, la capacidad total de producción anual de acero bruto en el país es de casi 8,5 millones de toneladas y el aumento del consumo nacional de acero a largo plazo rondará el 1 %. Por tanto, si bien la capacidad de producción de acero supera con creces la demanda, el informe cuestiona la pérdida de un tercio de la producción nacional en favor de acerías extranjeras.
Para el 2022, las previsiones apuntan a una reducción del 1,5 % en el consumo de acero en Sudáfrica, contradiciendo las perspectivas de un crecimiento continuado de la demanda para el resto de países del mundo. Además de las importaciones, el documento mencionado identifica la reducción del gasto en infraestructuras (sector que representa más del 60 % del consumo nacional de acero) como principal causa de esta disminución.
Por último, el informe del SAISI ha identificado una serie de retos y amenazas que afectarán a la industria del acero sudafricano en los próximos años. Entre ellos, destaca el exceso de producción por parte de China, la merma de la competitividad nacional y mundial a causa del fuerte aumento de los costes de producción (incluidas materias primas, electricidad y logística) o el riesgo del cierre de plantas y pérdida de puestos de trabajo debido a la infrautilización de la capacidad en Sudáfrica.