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El Fondo Monetario Internacional concluye la consulta del Artículo IV con Túnez

23/01/2021 www.imf.org
Plaza del ayuntamiento de Túnez con la bandera nacional ondeando en primer plano Se prevé un crecimiento del PIB tunecino del 3,8 % en 2021

Entre diciembre de 2020 y enero de 2021 se llevó a cabo la consulta del Artículo IV con Túnez, por la que el FMI supervisa la situación fiscal, monetaria y exterior del país con el objetivo de identificar fuentes de inestabilidad económica y ofrecer asesoramiento en sus políticas económicas.

Esta misión, tal y como informa el organismo, ha puesto de manifiesto el doble desafío al que se enfrenta el país ante la crisis sanitaria provocada por el covid-19: salvar vidas y recuperar una trayectoria económica sostenible. Tras el impacto de la pandemia y de las medidas adoptadas para evitar su propagación, el FMI pone énfasis en la necesidad de priorizar la protección social y el gasto en salud, a la vez que se implementa un plan de reformas orientado al crecimiento económico.

Se estima que, a pesar de la respuesta de las autoridades tunecinas ante la pandemia provocada por el covid-19, el Producto Interior Bruto (PIB) del país real caerá un 8,2 % en 2020, causando un aumento de la pobreza y el desempleo, y el déficit público crecerá hasta el 11,5 % del PIB, debido a los menores ingresos fiscales, la mayor masa salarial y las transferencias a empresas públicas.

No obstante, pese al desplome de los ingresos por turismo y al impacto en las exportaciones, se espera una reducción del déficit por cuenta corriente debido a una caída de las importaciones y al mantenimiento de las remesas de tunecinos residentes en el exterior. Aunque la evolución de la pandemia resulta todavía impredecible, se espera que su impacto en la economía vaya remitiendo y se prevé un crecimiento del PIB del 3,8 % en 2021. El FMI advierte, también, de la necesidad de adoptar medidas que permitan la reducción del déficit público hasta el 6,6 % prevista en la ley de finanzas para 2021.

Las perspectivas económicas a medio plazo y la sostenibilidad de la deuda pública exigen contar con un plan de reforma creíble, que cuente con el apoyo de la sociedad tunecina y los socios internacionales. Este “pacto social” podría comprender también la elevada masa salarial pública, la reforma de las subvenciones, el papel de las empresas públicas en la economía, el sector informal, la equidad fiscal, las reformas anticorrupción y el clima de negocios.

El FMI señala además la necesidad de mantener la orientación de la política monetaria del Banco Central de Túnez (BCT), que ha permitido mantener el crédito y la liquidez bancarias, así como la inflación bajo control; y advierte de los riesgos de una financiación monetaria del Estado. Recomienda además supervisar el sector financiero ante las posibles consecuencias de la pandemia sobre este sector.

Por su parte, el organismo multilateral, aprueba el objetivo de cubrir como mínimo el 30 % de las necesidades energéticas del país en 2030 a través de energías renovables, que suma esfuerzos en la lucha contra el cambio climático y permitirá diversificar el aprovisionamiento. No obstante, será necesario dar mayor entrada al sector privado mediante la eliminación del monopolio actual de la Société Tunisienne de l’Electricité et du Gaz (STEG) y otras distorsiones.

Conviene recordar, por último, que el FMI aprobó en abril de 2020 un préstamo de 750 millones de dólares a través del Instrumento de Financiación Rápida para hacer frente a la pandemia del covid-19.