Turquía

El informe fue presentado por el director del IICEC, Bora Şekip Güray, en un evento híbrido, al que asistieron un amplio rango de participantes, seguido de un panel de expertos donde se debatió sobre las visiones y perspectivas empresariales en relación con la movilidad eléctrica en el mercado turco.

Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía, fue el encargado de abordar los últimos desarrollos en el mercado mundial de la energía. Destacó los altos precios de las materias primas como el asunto más importante de la agenda energética, y señaló a la alta demanda, las brechas de producción y la escasez de suministro, como los tres factores principales que han desencadenado el aumento de precios. Aseguró, también, que la demanda de litio espera multiplicarse por siete veces en el próximo año, lo que dispararía los precios de las baterías.

Por su parte, el CEO de TOGG, Gürcan Karakaş, anunció su intención de iniciar la producción en serie del primer vehículo eléctrico de Turquía durante este año, y destacó que será la potencia del software, y no los caballos del motor, lo que marcará la diferencia en el sector.

Otro de los invitados que participó en la conferencia fue Haydar Yenigün, presidente de la Asociación de Fabricantes del Automóvil (OSD), que enfatizó la posición de Turquía como el sexto país en producción de automóviles y segundo en vehículos comerciales en Europa, con perspectivas de crecimiento durante los próximos años.

Según el director del IICEC, en el escenario de rápido crecimiento, para 2030 un tercio de las ventas de vehículos ligeros se conformarán por vehículos eléctricos, representando un 7 % del total de la flota de vehículos ligeros.

Diferentes conferenciantes estuvieron de acuerdo en que para el próspero desarrollo del sector es imprescindible que los gobernantes implementen políticas a largo plazo para favorecer el ecosistema empresarial. Así pues, se apuntaron como acciones necesarias la mejora de la legislación y el establecimiento de mecanismos de incentivos para que las empresas puedan seguir invirtiendo en investigación y desarrollo. En este sentido, Yenigün subrayó que Turquía necesita una reestructuración importante en cuanto a normativa fiscal.

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