En líneas generales el producto de origen español es apreciado tanto por las empresas como por los consumidores locales. No obstante, la competencia internacional es muy fuerte y tanto precio como condiciones comerciales juegan un papel relevante para acceder y posicionarse en el mercado.
Sectores con mayores oportunidades para el exportador español serían: alimentación (aceite de oliva, dulces, bebidas no alcohólicas y carnes), maquinaria y equipos eléctricos, materiales de construcción (mármoles, cementos especiales, piedra natural y productos cerámicos); equipos y materiales para manipulado de fluidos, prendas de punto y confección, productos farmacéuticos y suministros hospitalarios (incluidas soluciones digitales). En el capítulo de servicios: ingenierías relacionadas con los sectores de la energía y el agua, servicios del sector salud y gestión de residuos.