Un estudio revela que sigue habiendo prejuicios contra el liderazgo femenino

Reunión de trabajo liderada por una mujer woman explaining new strategies to coworkers during conference meeting in office. Businesspeople meeting in office board room for new project discussion.
La investigación destaca el sentido del humor como herramienta útil para construir un liderazgo femenino eficaz

Una investigación publicada por Harvard Business Review concluye que prácticamente cualquier característica puede ser utilizada con el fin de cuestionar la idoneidad de una mujer para ejercer puestos de responsabilidad.


Un reciente estudio realizado por Harvard Business Review ha analizado la percepción del liderazgo femenino
en cuatro ámbitos en los que hay más trabajadoras que trabajadores: sanidad, educación, derecho y ONGs. Y revela que los prejuicios  están presentes también en estos sectores, lo que demuestra que situar a mujeres en puestos de responsabilidad no acaba con los sesgos y mecanismos que benefician más a los hombres.

La investigación identifica alrededor de una treintena de características que pueden convertirse en excusas para dudar de la valía de las profesionales. Algunos de los motivos para desacreditar a las mujeres incluyen la raza, la nacionalidad, el estilo comunicativo, la religión, el aspecto físico, el estado civil o la experiencia laboral.

En relación con el estilo comunicativo, otra investigación reciente publicada también en Harvard Business Review sugiere que las mujeres divertidas pueden ser percibidas de manera más positiva de lo que se presupondría. Se ha demostrado que el estereotipo de que las mujeres son menos graciosas que los hombres es falso. El humor puede ser una herramienta muy útil para construir un liderazgo eficaz, especialmente en el caso de las mujeres.

Se analizaron las reacciones a más de 2.400 charlas TED y TEDx, en las que líderes de diversos campos hablaban ante audiencias. A partir de las puntuaciones del público, las evaluaciones independientes y el recuento de visionados en línea, se concluyó que las oradoras que utilizaban más el humor (se midió a partir de la frecuencia con la que el público se reía) resultaron más populares y se percibían como más influyentes e inspiradoras que las féminas menos graciosas. Además, también eran mejor percibidas que los hombres graciosos.

El motivo más común para desacreditar a las mujeres ha sido la edad. Algunas de las entrevistadas aseguran que se les ha considerado demasiado jóvenes para liderar, mientras que otras han sido juzgadas por ser demasiado veteranas. Ni siquiera estar en lo que se conoce como “mediana edad” mejora sus perspectivas laborales.

La maternidad es otra cuestión crítica. Muchas madres y embarazadas han asegurado haberse sentido ignoradas a la hora de recibir oportunidades laborales. Pero las mujeres sin hijos también han admitido sentirse presionadas para trabajar más o lograr más que sus compañeras madres.

El hecho de ser cuestionadas  casi por cualquier motivo puede causar que las profesionales acaben pensando que son ellas las que deben cambiar para encajar mejor en los modelos (masculinos) de liderazgo. Sin embargo, el análisis señala que son las empresas las que deben adaptarse para crear entornos más igualitarios. En este sentido, se recomiendan estrategias como fomentar la cooperación frente a la competencia, olvidarse del presentismo y medir el éxito por los objetivos, así como ofrecer más flexibilidad laboral y aumentar la transparencia en los procesos de toma de decisiones.