Las emprendedoras valencianas tienen menor tolerancia al riesgo debido a una falta de confianza en sí mismas, que se achaca a las normas sociales y culturales inculcadas durante años. De hecho, la orientación a la internacionalización llega solo a un 25% de las empresas lideradas por mujeres, mientras que en las de liderazgo masculino alcanza el 37%. Son conclusiones que se desprenden del estudio "Actividad emprendedora de las mujeres de la Comunidad Valenciana", realizado por la UHM con datos del Observatorio Nacional de Emprendimiento con una muestra de 30 organizaciones del ecosistema autonómico.

En el informe se realiza un perfilado de las empresarias valencianas: emprenden más en solitario, sobre todo en actividades de servicios y consumo, y sus compañías son menos innovadoras en tecnología o procesos, así como en productos y servicios. También es menor el porcentaje que cuenta con ventas internacionales, que se ha mantenido con pocas variaciones en los últimos años: de un 28% alcanzado en 2019, la cifra se redujo hasta el 24% en 2020, durante la pandemia, recuperándose al 25% según los últimos datos analizados de 2021.

En el caso de las firmas lideradas por valencianos, un 37% afirmó contar con facturación procedente del exterior en 2019, disminuyendo sensiblemente hasta el 20% en 2020, año de la pandemia y de cierre de fronteras, recobrando posiciones a valores similares del 36% en 2021. Lo cual supone que son valores un 12% superiores de media a los casos de empresas capitaneadas por mujeres.

Sin embargo, las compañías sondeadas por el estudio señalan que en los últimos años se han consolidado las iniciativas que favorecen el emprendimiento femenino y superar las barreras culturales y sociales que impiden a las valencianas crear empresas. Para ello, los expertos de la UMH consideran que el primer factor de impulso es contar con la financiación necesaria y ayudas públicas.

También establece una serie de recomendaciones para conseguir un mayor acceso de las mujeres, como el diseño de medidas que promuevan el empoderamiento femenino, reducir la burocracias y facilitar la formación y el asesoramiento en materia de creación de empresa.

También, fomentar políticas educativas que promuevan la actividad emprendedora como opción de empleo y el desarrollo profesional en igualdad ya desde las aulas, puede servir como efecto reductor del miedo al fracaso o la sensación de tener más dificultades al iniciar un negocio que perciben las valencianas por cuestiones culturales o sociales.

El estudio también refleja que sería importante promover, en el seno de las empresas creadas por mujeres, el uso de las nuevas tecnologías y la innovación, así como las inversiones en sectores no tradicionales y con estrategias de internacionalización. 

Y por último, los expertos piden avanzar en las medidas que permitan compatibilizar todas las esferas de la vida, la familiar, la personal y la profesional y apostar por la corresponsabilidad mujer-hombre, en igualdad de condiciones y responsabilidades en el ámbito privado, algo imprescindible para lograr una paridad real "especialmente en un espacio tan exigente como es el del emprendimiento", concluye el estudio.