Entrevista a Carme Pampín, cofundadora y CEO de GalChimia

Carme Pampín fundó GalChimia hace dos décadas, tras doctorarse en Química Orgánica por la Universidad de Santiago de Compostela. En los últimos cinco años, el volumen de ventas de la empresa ha experimentado un crecimiento del 65%, y las exportaciones han pasado de representar un 30% del total a un 76% en 2021.


Su entonces compañero de tesis y ahora marido, la acompañó en la aventura de emprender y actualmente él dirige el área científica y ella, además de ser la CEO de GalChimia, ha participado en la creación de otras tres firmas del sector biotecnológico, es presidenta del clúster empresarial Bioga y también miembro de la directiva del Hub de Innovación Digital DATALife. Ante tan brillante currículo, no se considera una mujer excepcional, “más bien afortunada por hallarme en un entorno que me ha permitido desarrollar proyectos muy variados a lo largo de mi carrera”, afirma.

A lo largo de su historia, GalChimia ha trabajado con más de 300 clientes repartidos en 35 países de los cinco continentes. Aunque un tercio de ellos son de ámbito nacional, la mayor parte de su facturación proviene de los mercados europeos.

GalChimia es líder en España de química orgánica sintética para la industria farmacéutica. ¿En qué consiste su trabajo exactamente?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que el proceso de descubrimiento de fármacos es muy largo, unos 14 años de media. Hasta obtener un medicamento efectivo y seguro, es necesario evaluar miles de moléculas con un coste asociado de millones de euros. GalChimia participa principalmente en las primeras etapas de este desarrollo, cuando se hace necesario preparar familias enteras de compuestos para estudiar sus propiedades biológicas y alcanzar el efecto terapéutico deseado. Aplicamos nuestra experiencia en química orgánica para sintetizar moléculas altamente complejas y con potencial para generar propiedad intelectual.

Las biotech cuentan con un 60% de mujeres trabajando en actividades de I+D+i. ¿Qué es necesario para fomentar su incorporación a puestos de decisión?
En el caso del nivel directivo, cuyas exigencias son mayores en términos de tiempo y esfuerzo personal, es crítico ofrecer horarios racionales y medidas de conciliación que favorezcan el equilibrio de la vida personal y profesional. En todo caso, no se podrá alcanzar una situación de igualdad de oportunidades hasta que se produzca un reparto real de las responsabilidades familiares entre hombres y mujeres.

En el sector biotech, en concreto, se requiere una alta cualificación y se valora, en mayor medida, a los y las profesionales por su talento y capacidades técnicas, en lugar de considerar su género o condicionantes personales. Se trata de un buen punto de partida para construir empresas más igualitarias y un mercado laboral que facilite las mismas oportunidades.

¿Cree que las mujeres ejercen el liderazgo de forma diferente a los hombres?
Considero que los líderes más efectivos, sean hombres o mujeres, son aquellas personas más preparadas para comprender y optimizar las capacidades de su equipo y así alcanzar los objetivos marcados. No se trata de mejores líderes, sino de empresas preparadas para generar espacios donde la plantilla, en su diversidad, pueda aportar valor. En cualquier caso, sí creo que las compañías pueden beneficiarse del equilibrio entre liderazgo femenino y masculino, se trata de una extensión natural de la realidad demográfica ya que representamos la mitad de la población.

"Los líderes más efectivos son aquellas personas más preparadas para comprender y optimizar las capacidades de su equipo"

¿Cómo se impulsa la igualdad de género en GalChimia?
Como se apuntaba anteriormente, tenemos la suerte de movernos en un sector donde ya existe un porcentaje de mujeres muy alto, por encima de la media. Para ofrecer productos y servicios de alto valor añadido a nuestros clientes, necesitamos disponer de una plantilla altamente cualificada y eso es exactamente lo que buscamos en nuestros procesos de selección: profesionales con competencias que nos ayuden a mantener ese estándar de calidad, independientemente de su género. A lo largo de nuestra historia, siempre hemos contado con más de un 50% de personal femenino, tanto en producción como en nuestro equipo directivo. De la misma manera, trabajamos en políticas que favorezcan la conciliación entre la vida personal y profesional, para proporcionar a todo el personal un entorno seguro, motivador e igualitario.

Se inició en el comercio exterior 10 años después de haber creado la compañía. ¿Cómo ha sido el proceso de internacionalización?
La empresa se fundó con vocación internacional y desde los inicios trabajamos con clientes extranjeros, aunque fue en 2012 cuando definimos un plan estratégico cuyo pilar fundamental era la diversificación geográfica de nuestra cartera de clientes.

La primera parte del proceso consistió en la captación de una especialista en desarrollo de negocio internacional para liderar el proceso de expansión, que en sus inicios incluyó un diagnóstico de nuestro potencial y una segmentación de los mercados objetivos, además de llevar a cabo todo el trabajo de visibilización y toma de contacto necesario para establecernos en esos nuevos mercados. En definitiva, se trató de un proceso largo y costoso para la empresa, de ahí la importancia de programas como ICEX Next de apoyo a la internacionalización o Galicia Exporta del Instituto Gallego de Promoción Económica (Igape), que nos ayudaron a minimizar el riesgo y maximizar el retorno.

"En el sector biotech se requiere una alta cualificación y se valora el talento y las capacidades técnicas"

¿Cuáles son las principales dificultades a las que se enfrentan en este sentido?
GalChimia parte de una ventaja muy importante, y es que nuestros productos y servicios son perfectamente extrapolables a mercados exteriores, por lo que el salto no requirió grandes cambios en nuestros métodos y procesos. Igualmente, pudimos trasladar nuestra estrategia comercial basada en la innovación y la excelencia científica.

La principal dificultad es la capacidad como pyme para financiar los costes asociados a la venta internacional. Nuestro proceso de ventas requiere una alta implicación y los tiempos de maduración son más largos que en otros sectores, por lo que la captación de talento internacional adquiere una importancia fundamental, así como los viajes asociados a visitas a clientes y la asistencia a ferias o eventos especializados.

¿Y sus próximos retos?
Nuestros retos de futuro se basan en consolidar el mercado europeo, en el que ya estamos presentes, y seguir trabajando en la expansión a mercados más lejanos, como el americano. La industria farmacéutica es un entorno muy global y competitivo, existen muchas oportunidades, pero también mucho riesgo de quedarse atrás si no respondes en el momento oportuno.

¿Cuál es el papel de Bioga para promover la competitividad exterior de las empresas gallegas?
Una de las principales áreas de actuación de Bioga es la internacionalización y el acceso a nuevos mercados, así como la mejora del posicionamiento internacional del ecosistema biotecnológico gallego. Con este objetivo, desde el clúster se trabaja en dotar a las entidades del ecosistema de herramientas que permitan potenciar la generación de negocio y el desarrollo de nuevos proyectos.

Como ya he mencionado, otro aspecto que cada vez tiene mayor relevancia para nuestro ecosistema es la atracción de perfiles profesionales a nivel internacional que cubran las necesidades de talento de las empresas del sector y contribuyan a mejorar su posición competitiva y presencia en mercados internacionales.

“El fracaso es un factor más en el camino hacia el éxito”, dijo en una ocasión. Usted es un referente como mujer de éxito. Echando la vista atrás, ¿qué decisiones que no resultaron como esperaba le han proporcionado un mayor aprendizaje?
Bueno, ¡20 años de emprendimiento dan para muchos errores! En mi caso, creo que la tónica de fondo ha sido mi formación científica. Ya desde el principio, incluso durante los estudios de doctorado, descubres que las cosas no salen siempre como pensabas, por muy razonable que fuera tu planteamiento. Pero de eso trata la I+D, de sortear el obstáculo que tienes enfrente y adquirir conocimiento para aplicar en el siguiente problema. Es una mentalidad donde el fracaso es algo natural y el foco real está en la búsqueda de alternativas y la resolución de problemas. También aprendes a apoyarte en otros, establecer una red de colaboradores, a compartir información, a asimilar otros puntos de vista... Descubrí pronto que esa mentalidad era perfectamente asimilable al mundo de los negocios y es una manera de trabajar que me acompaña aún hoy en día.
ALMUDENA AVENDAÑO

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