Entrevista a Berta Lázaro, cofundadora de TeamLabs

15/07/22

Una metodología basada en el emprendimiento en equipo y el ‘aprender haciendo’, con una proyección internacional, son las principales señas de identidad de los programas de formación de TeamLabs. El más conocido, el grado en Liderazgo Emprendedor e Innovación (LEINN), donde la experiencia en otros países es fundamental, explica Berta Lázaro, una de sus cuatro fundadores.


Hacia 2011, “cuando todavía no había llegado ni siquiera la ‘moda’ del emprendedor en Instagram pero comenzaban a cobrar fuerza las políticas públicas que promovían el emprendimiento, los primeros coworkings y los conceptos de aceleradoras e incubadoras”, TeamLabs creó junto con la Universidad de Mondragón, en el País Vasco, una red de laboratorios de aprendizaje para la Mondragón Team Academy (MTA), explica una de sus cuatro fundadores, Berta Lázaro. Desde ahí pusieron en marcha colaboraciones locales para realizar proyectos y enlazar con comunidades internacionales. “Actualmente, nuestra red MTA está formada por más de 3.000 emprendedores y emprendedoras, con más de 120 empresas de equipos creados en el grado LEINN y laboratorios en Irún, Oñati, Bilbao, Madrid, Barcelona, Valencia, Berlín, Puebla (México), Seúl y Shanghái”, añade.

Uno de sus puntos fuertes es que plantean viajes internacionales de larga duración casi en cada curso. ¿Cuál es su finalidad?
Aspiramos a que las personas de nuestra comunidad sean emprendedores que piensen en global y actúen en loca
l, que sean capaces de construir alianzas internacionales con cualquier país, que se propongan lanzar proyectos en cualquier mercado, en cualquier contexto cultural. Promovemos la mentalidad global de los ‘leinners’, emprendedores del grado LEINN. No hay manera de 'educar’ en esta mentalidad, hay que vivir la experiencia de estar en los países, de generar contactos, de explorar conversaciones que se rematen con acuerdos y construyan negocios.

¿Cuál ha sido la estrategia para introducirse en los mercados internacionales?
El equipo de TeamLabs lo formamos personas con estudios y trayectorias profesionales internacionales. Tenemos esa suerte. Hemos diseñado todos los viajes de aprendizaje y, como emprendedores, hemos explorado todos los mercados a los que hemos viajado con la comunidad de ‘leinners’, que son principalmente Finlandia, Alemania, China, la India, Corea del Sur, Estados Unidos y Costa Rica.

Comenzamos siempre construyendo alianzas para la base de trabajo de los ‘leinners’ en ruta; elegimos espacios de comunidad. Este ha sido el principio base que ha alimentado la semilla de todas las colaboraciones en viaje. Más adelante, construimos alianzas con universidades para promover programas e itinerarios de aprendizaje, para mezclar equipos de distintas universidades y facultades. En este último tramo, hemos explorado nuevos mercados con el ICEX.

"Aspiramos a que las personas de nuestra comunidad sean emprendedores que piensen en global y actúen en local"

¿Cómo les ha ayudado el programa ICEX Next?
En 2018 comenzamos el laboratorio de México. Diseñamos y pusimos en marcha un programa en emprendimiento, llamado el Año-i, con el Tecnológico de Monterrey, una de las mejores universidades del país y una de las más relevantes en América. Una vez tuvimos la base y la alianza, decidimos explorar el mercado para proponer otros programas a otras entidades educativas y empresas. Con ICEX Next hemos tenido el apoyo necesario para analizar las características de nuestros mercados potenciales. Hemos desarrollado nuestro modelo operativo para asentarnos en el continente americano e impactar en más países a nivel mundial.

De los cuatro fundadores de TeamLabs usted es la única mujer. ¿Alguna vez se ha sentido en desventaja?
¿Entre mis socios? No. Había una realidad: soy la más joven y, en su momento, la más inexperta en el ámbito del emprendimiento. Tenía salpicaduras de dudas, ahora reconozco que son más propias de una emprendedora, no tanto de una mujer. Me he rodeado, además, de redes de mujeres para inspirarme. Hay que buscar a tus cómplices, y entre mujeres sabemos hacerlo. Actualmente, el equipo de líderes de TeamLabs está compuesto por nueve personas de la cuales seis son mujeres.

¿Qué aporta usted al equipo que no aporten ellos? ¿Cree que es diferente el estilo de gestión de hombres y mujeres?
Aporto desde quién soy y lo que he hecho. Me avala mi trabajo por delante de mi género. Hay que quitarse etiquetas. En mi opinión, creo que las mujeres somos ‘tejeredes’ naturales. Somos generadoras de encuentros, de conversaciones, de simbiosis de proyectos. Somos generosas con nuestra red y construimos sin pedir.

“Me he rodeado de redes de mujeres para inspirarme”

¿Y qué beneficios reporta la diversidad en los equipos de trabajo?
La diversidad es fundamental para cualquier equipo. Toda la diversidad: género, cultura, raza, profesión, cognitiva, funcional.... Toda. Un proyecto será siempre más rico si se ha alimentado con las miradas, las manos y los cerebros de todos. Es innegable. Cada vez me chirrían más los espacios homogéneos… Yo huyo de ellos.

¿Qué es necesario para romper las barreras y conseguir una mayor presencia de mujeres en puestos de liderazgo?
En primer lugar, la gestión de las personas. Debemos mejorar la sensibilidad operativa de las organizaciones. La integración de los espacios de cuidados en las conversaciones laborales. El bienestar de las personas pasa por comprender todo su contexto. También, el esfuerzo de exposición pública de las mujeres en el mundo laboral y personal. Hay que construir relatos de orgullo de un trabajo bien hecho, proponerse comunicar interna y externamente, y capacitarse para hacerlo si fuera necesario. Sin soberbia, con una humildad que sepa hacer ruido del bueno y contagiar a más. Y, por último, la conciliación igualitaria en las parejas. Deberíamos tener familias que asuman el trabajo del hogar con generosidad recíproca.

¿Existe una actitud diferente de las alumnas y los alumnos hacia el emprendimiento?
Tengo la suerte de rodearme de mujeres de 18 a 25 años que se reconocen iguales, y lo luchan. A veces tienen una visión, para mí, naif de “en nuestra generación eso ya no pasa”. Hay mucha sensibilización a nivel social. Funciona. Conocen los temas relevantes. Pero creo que todavía caen en el engaño de creer que los discursos son efectivos hoy en día. Es doloroso cuando, después de unos años, te reconocen que se han encontrado con el famoso techo de cristal... Lo bueno es que estas generaciones sí que tienen asumida la incertidumbre y, por lo tanto, la temporalidad de los trabajos. Si algo no les gusta, se irán.

¿Cómo se reparten los roles entre chicos y chicas en los equipos?, ¿se observa algún sesgo de género inconsciente?
De entrada, quizá las chicas son más calmadas. Y en estructuras horizontales con mucha testosterona hace falta mucha determinación para pedir la palabra.

“Es doloroso cuando, después de unos años, las alumnas te reconocen que se han encontrado con el famoso techo de cristal”

¿Qué diferencia a las emprendedoras y líderes de hoy de las de generaciones anteriores?
Veremos las diferencias en el futuro. Ahora mismo asumen riesgo como todas. Esto une.

De todos los proyectos que incuba TeamLabs unos trascienden y otros no consiguen el éxito deseado. ¿Enseñan también a gestionar el fracaso?
El fracaso se asume como parte del camino. Hay mucha épica narrada a su alrededor. El fracaso cuando emprendes un negocio en equipo tiene muchas escalas. Milimétrico en cada decisión y planetario cuando implica a muchos agentes. En el día a día, entrenamos la capacidad de aprender de las cosas que salen mal y celebrar los logros. Creo que debemos entrenar más la capacidad de disfrutar de manera sosegada de los pequeños éxitos, esa competencia también nos cuesta.
ALMUDENA AVENDAÑO

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