22-06-2023
Se interesó por el mundo industrial cuando ampliaba sus estudios de abogada, aunque su familia llevaba ya tres generaciones produciendo aceite de oliva. Ahora es responsable de que todo el oro líquido que exporta la compañía cumpla con todas las normativas internacionales de calidad.
La familia Gallego lleva exportando la cultura del aceite de oliva desde que el abuelo, Miguel, enamorado de este producto, consiguiera comercializarlo a gran escala logrando unir a un sinfín de productores andaluces. Hoy, el oro líquido que producen de aceitunas y de todo tipo de oleaginosas, se vende en más de 100 países. Quizás por el nombre de la empresa, Migasa, no conozcamos el producto que venden en la mayoría de los lineales, pero hablamos de productos alimenticios que llevan las etiquetas de Ybarra, La Masía o Musa, por ejemplo “Me ha pasado que entrando a un supermercado en Malasia he visto nuestras marcas en las estanterías y me ha entrado orgullo”, explica Marta Gallego, directora de Calidad Global de Migasa.
Para Marta, la empresa familiar no era su primera opción. Tras estudiar Derecho y trabajar en despachos de abogados y promotoras inmobiliarias, fue durante una especialización MBA donde se trabajaba con casos prácticos cuando comenzó a interesarle el mundo de la industria. “Nuestra compañía es familiar, pero se gestiona como una gran empresa”, y en ese entramado, donde la familia está inserta en la dirección, fue donde Marta encontró su lugar, liderando el departamento de Calidad Global, donde se trabaja en las normas y certificaciones para ajustar los productos a las legislaciones de todo el mundo. Eso le ha llevado a realizar proyectos de trazabilidad y sostenibilidad en sus procesos de producción del aceite, incluyendo la creación de plantas Zero Waste, donde se reutilizan todos los residuos salidos de la extracción, alimentadas por placas solares.
Cree que en su sector, el agroalimentario, hay presencia femenina de siglos como propietarias y productoras, pero no tanta en la toma de decisiones. “Cuando vas por el mundo, en dirección comercial o incluso de departamentos de calidad, no ves tantas mujeres. Pero eso es algo que está cambiando, la mujer viene con fuerza”, concluye Marta.
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