Experiencias

27-04-2023

Tardó en decidirse, pero al final Penélope Álvarez se puso al frente de Ortoalresa hace 30 años, y convirtió la empresa familiar en una compañía internacionalizada, que exporta a más de 80 países el 70% de su producción de centrífugas de laboratorio.

Tras terminar sus estudios de técnico de laboratorio, Álvarez se licenció en Biología Molecular con la intención de investigar, pero llegó un momento en el que no tuvo claro que quisiera pasar el resto de su vida laboral en un laboratorio. “Fue entonces cuando mi vocación empresarial comenzó a surgir”, recuerda la CEO de Ortoalresa, que tomó el testigo de la empresa familiar hace ya unos 30 años.

Gracias a su dedicación, Álvarez se hizo un hueco en un sector, el de equipos de laboratorio, donde la mayoría de los perfiles directivos son masculinos. “Todo eran hombres a mi alrededor”, afirma, aunque sí encontró a una persona en la que fijarse. “Tuve un referente, sin que ella lo supiera, una empresaria de la que fui tomando lo que me gustaba de su estilo directivo”, rememora con una sonrisa.

Así fue creando su propia manera de liderar, que la llevó por el camino de la internacionalización. En el año 2000, Penélope Álvarez subió a Ortoalresa al carro de ICEX con el programa PIPE, “donde aprendimos las ventajas de exportar con la flexibilidad que da ser una PYME”, y de un 5% residual de ventas internacionales pasaron al 70% de su producción. Este año van a dar el segundo paso participando en el programa ICEX Next, buscando crear su propio plan de marketing internacional.Y en esta ocasión lo harán de la mano de otra mujer, la directora comercial de Ortoalresa.  Álvarez ya le ha trasladado sus recomendaciones, entre ellas, que para triunfar “hay que estar muy segura y rodearse de un buen equipo”.

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