Experiencias

22/02/2024

Aprovechamos la presentación del documental “La Calaf, intermediaria de guardia” en la sede central de ICEX para acercarnos a la figura de una periodista que siempre ha querido mirar hacia el exterior. 

“Yo nací con unos mimbres, con unos activos, que luego solo tuve que aprovechar”. La mítica corresponsal internacional televisiva Rosa María Calaf sitúa el germen de su deseo por llevar una vida en el exterior en su “insólita” familia, un hogar de la Cataluña de los años 40 en el que “se respiraba un ambiente viajero”, y en el que sus padres decidieron que estudiara fuera con apenas 14 años, primero en Francia y luego en Estados Unidos. “Eso era muy raro en aquelllos años y, sobre todo, siendo una niña”, afirma la reportera.

En esos primeros años se fragu´o su interés por conectar el mundo exterior con lo que se vivía en la España de la dictadura. Inicialmente intentó hacer carrera diplomática, hasta que se decidió por otra forma de intermediación, el periodismo.“Aunque quería decantarme por el internacional, ser corresponsal, y me decían igualmente que no era una profesión de chicas”, señala. En un momento en el que nadie imaginaba a una mujer reportera, la fe del realizador José Joaquín Marroquí en ella, que “vio más en mí que yo misma”, cree ‘la Calaf’, catapultó su carrera profesional hacia diferentes corresponsalías de Televisión Española durante 25 años.

Profesionalmente nunca se ha arrepentido de ser reportera, “porque accedes al ámbito femenino de las diferentes comunidades a través de quienes son la columna vertebral de la construcción social, las mujeres”. Hoy, convertida en un referente, cree que las jóvenes “tienen que ver que hay, en muchos ámbitos, mujeres que son un espejo en el que mirarse”.

Conoce mejor a Rosa María en esta entrevista.