02-02-2023
Mireia Server forma parte de la última generación de una familia con ganas de emprender. Hoy es CEO, pero su primer reto en la casa fue el de crear el departamento de exportación, con cuatro mujeres integrantes.
Desde que los abuelos Server tuvieran la idea de incorporar un asa a las cestas de mimbre y bolsas que fabricaban todos en el altillo de su casa, hasta ahora, los carros de la compra Rolser se han convertido en los más vistos en los hogares españoles y ya están presentes en numerosos mercados.
Y nacer en una familia así, marca. “Como no nazcas con una vocación fuerte de médico, maestro, arquitecto, al final terminas siendo parte de la empresa familiar”, afirma Mireia Server.
De las comidas en casa hablando del negocio familiar, veranos en la oficina con pequeños trabajos para no aburrirse o ir a recoger a su padre a la fábrica al salir del colegio, nació el gusanillo de Mireia por el mundo de la empresa, de ”su” empresa, igual que en la siguiente generación de hermanos y primos.
Esta nueva hornada se fue especializando en diferentes ámbitos de la compañía. Cuando Mireia terminó sus estudios de Administración de Empresas, se le propuso un reto en Rolser: crear el Departamento de Exportación.
Junto con su equipo de cuatro mujeres, “casualidad o no, no lo sé”, dice, han llamado a las puertas de al menos 60 países para ofrecer su catálogo de productos, que va desde bolsas y carros de la compra hasta tablas de planchar.
Hoy, es CEO de Rolser junto con su primo Vicent. Una distribución familiar paritaria en el equipo directivo y una doble misión, por parte de Mireia, de transmitir a sus dos hijos varones el valor de la igualdad. “Tienen que saber que la mujer está en igualdad de condiciones para desempeñar cualquier trabajo y que debe haber un respeto mutuo y un acompañamiento”, apunta.
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