Ondarreta, presente y futuro en clave femenina

03/06/22

Sobre los cimientos del taller de ebanistería familiar, María Luisa Galardi fundó hace más de 45 años esta empresa de muebles de diseño, de la que sus hijas recogen ahora el testigo.

Saber hacer artesanal y deseo permanente de evolución, materiales nobles y tecnología, belleza y funcionalidad son los trazos que definen las colecciones de esta firma vasca de mobiliario, y sus icónicas sillas y mesas, con las que han llegado ya a más de 50 países. Una filosofía que María Luisa Galardi, su fundadora, ha transmitido a sus hijas y cuyos valores siguen completamente vigentes ahora que ellas asumen el relevo generacional.

“Nuestra madre ha sido un ejemplo de perseverancia en todos los campos de la vida. Nos ha enseñado a luchar por lo que se quiere. Nada llega sin esfuerzo, trabajo, trabajo y más trabajo”, aseguran Nora y Nadia Arratibel Galardi, al frente, respectivamente, de la dirección comercial y el equipo de diseño de la empresa. “Nos encanta nuestro proyecto, pero miramos al pasado con un tremendo respeto por lo que nuestros padres hicieron”, prosiguen, y comparten su objetivo común: “Seguir vistiendo el mundo con el mobiliario de Ondarreta para mejorar, de alguna manera, los espacios vividos”. 

 

Espíritu emprendedor

 

“Las mujeres han copado por su demostrada capacidad puestos relevantes en todos los ámbitos, pero considero que el hábitat es un sector especialmente propicio para ellas, debido a su sensibilidad y buen hacer”, afirma María Luisa Galardi. “En la actualidad, no creo que las compañías dirigidas por mujeres tengan mayores obstáculos, sino que las dificultades son inherentes al mundo empresarial”, opina.

Sin embargo, recuerda, hace unos años conciliar vida personal y carrera profesional “era difícil, ya que no existía el concepto de compartir las tareas domésticas”. Para avanzar en ese terreno, y consciente de la importancia de equilibrar ambos aspectos, Ondarreta aplica medidas de conciliación, que favorecen la flexibilidad horaria de sus empleados.

Por otro lado, reflexiona, “para dirigir una empresa siempre hay que estar disponible e involucrada al 150%. Si se es autoexigente, hay que sacrificar parte de la vida familiar por la laboral, y ello a veces nos hace sentirnos malas madres, algo que, creo, a los hombres no les pasa (ni siquiera a los de hoy)”. Más allá de ese hándicap, y de reticencias puntuales hacia ella en algunas negociaciones, el hecho de ser mujer no ha representado un freno en su trayectoria como empresaria.

“Mi experiencia ha sido en general siempre positiva”, comenta igualmente Nora Arratibel Galardi. “Durante años he viajado por todo el mundo para dar a conocer nuestra marca y siempre he sido muy bien acogida. No se trata de los países, sino de las personas con las que intercambiamos posturas. Cuando me he encontrado con interlocutores no acostumbrados al trato con mujeres, he intentado aportar lo que mejor sabemos hacer: mucha profesionalidad y empatía”, explica. “El trabajo de una mujer siempre es ordenado, amable… en la línea que exigen hoy las relaciones, tanto con los clientes como con los miembros de la empresa”, añade María Luisa.

“Naturalmente -continúa su hija Nora- hay mercados más abiertos que otros, pero en un sector tan vinculado al diseño como este la mujer tiene tanta fuerza como el hombre”. Por ello, no duda en animar a dar el salto a la internacionalización: “Que vayan con muchas ganas, conociendo muy bien su oferta y la forma en que su producto añade valor. No hay barreras”, concluye.
CHARO ALONSO

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