Según datos recogidos por el informe del Observatorio del Emprendimiento de España (2021-2022) en la actualidad son más de 600.000 mujeres las que han decidido lanzarse al mundo del emprendimiento. Algunos expertos señalan que este cambio se debe en gran medida a la pandemia del COVID-19 que por un lado acabó con varios puestos de trabajo donde la presencia de la mujer era clave y por otro ha multiplicado los motivos para lanzarse a la aventura de ser empresarias. Según este mismo informe, es en esta fase semilla donde por primera vez la tasa de emprendimiento femenino se sitúa en un 5,6% respecto del emprendimiento masculino que se queda en un 5,4%. 

A partir de este momento, el impulso emprendedor femenino experimenta un alza, dejando al cierre del año 2021 un total de 1.205.016 autónomas. Esta cifra representa un incremento del 2,8% respecto del año anterior según datos recogidos por la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA). 

A pesar de este crecimiento, los niveles siguen siendo bajos cuando se trata de proyectos de mayor nivel tecnológico ya que hay un 50% menos de iniciativas de valor tecnológico lideradas por mujeres, según datos registrados en el informe GEM (Global Entrepeneurship Monitor). 

El emprendimiento entre mujeres ha sido una de las principales consecuencias de la crisis sanitaria. Alentadas por la falta de contratación y la necesidad de encontrar una oportunidad económica, los nuevos negocios liderados por mujeres han escalado en el entramado empresarial. En palabras de la presidenta del Observatorio del Emprendimiento en España, Ana Fernández Laviada,“la incertidumbre retrae el emprendimiento masculino, más centrado en alcanzar una mayor riqueza, mientras que la mujer busca marcar una diferencia en el mundo y trabajar desde la sostenibilidad”.