Cabe destacar el posible futuro establecimiento de un nuevo marco legal actualizado de zonas económicas libres (aún por determinar) o la campaña de promoción liderada por el príncipe heredero Mohammad Bin Salman bajo el marco Program HQ y por el que se pretende fomentar el establecimiento de sedes regionales (y no operativas) de empresas internacionales de tecnología de la información, finanzas y servicios petroleros como Google o Siemens, entre otros. En concreto, la oferta de esta última se centra a la Ciudad Financiera del Rey Abdallah (KAFD por sus siglas en inglés) de Riad, proyecto de gran envergadura situada en el norte de la ciudad que se encuentra en un estado de bajo nivel de utilización y ocupación desde que fuera terminado.
El objetivo de esta iniciativa es introducir nuevos sectores y apoyar al desarrollo económico del país. Los principales incentivos del programa HQ cuentan con de garantías de protección en futuras regulaciones, exención de cuotas de empleo de ciudadanos sauditas y también una exoneración fiscal de 50 años.
Un pilar fundamental para poder llevar a cabo dicha visión es el fomento de la Inversión Extranjera Directa, con la cual se garantiza la diversificación económica del país -a través de producción local- y el aumento de la participación del sector privado en el PIB nacional. Como indicativo de la importancia adquirida de la inversión en el país, en 2020 la antigua Autoridad de inversiones, SAGIA, pasó a denominarse el Ministerio de Inversiones (MISA, por sus siglas en inglés).
Entre otros esfuerzos sobre el papel, cabe destacar la liberalización de las inversiones en la mayoría de los sectores, la posibilidad para los extranjeros de tener el 100% de la titularidad de un negocio, la agilización y digitalización de la burocracia, incentivos sobre el precio del alquiler a largo plazo en las ciudades industriales, el lanzamiento de nuevas leyes sobre las transacciones e insolvencia. Gracias a estos avances, en 2019 el país árabe escaló 30 posiciones en el ranking Doing Business, elaborado por el Banco Mundial pasando de estar en la posición 92 a la 62.
Arabia Saudí se caracteriza por su gran dependencia económica de los hidrocarburos, dado que el 70 % de su economía depende en cierta manera de los mismos. Por ello, en los últimos años y con la acentuada crisis del petróleo, donde el precio del barril se ha caracterizado por su gran volatilidad —oscilando entre los 40 y los 100 dólares/barril—, la monarquía sigue haciendo un gran esfuerzo por diversificar su actividad y así frenar esta dependencia. La 'Visión 2030' toma el protagonismo como proyecto centrado en la diversificación económica y la modernización social.
Es gracias a dicha visión por la que sectores como el entretenimiento, la minería, el turismo o las energías renovables han tomado gran relevancia en la agenda de negocios del país. La importancia de dichos sectores queda materializada en los denominados Gigaproyectos.
También cabe mencionar que algunas compañías ya han empezado los trámites para establecerse o aumentar su presencia en Arabia Saudí. Google Cloud ha acordado proveer de servicio en la nube a Saudi Aramco, lo que implica la apertura de su primera oficina en el país. También hay que destacar el aumento de la presencia de Alibaba y Western Union para el plan (Visión 2030) del príncipe heredero Mohammed Bin Salman de desvinculación de los ingresos petroleros.
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