La Autoridad de los Puertos de Puerto Rico (APPR) ha anunciado recientemente su intención de instalar un puerto aeroespacial en el aeropuerto regional José Aponte de la Torre de Ceiba, en la costa este de la isla. Un proyecto que se estima pueda necesitar una inversión de entre 30 y 50 millones de dólares (42,2 millones de euros), tal y como se indica en la información publicada por El Expresso.
El aeropuerto regional de Ceiba y las instalaciones circundantes son un espacio geográficamente estratégico que podrían albergar actividades de manufactura y almacenaje de equipo aeroespacial. Además, tras la aprobación y obtención de una licencia de operador de lanzamiento de vehículos espaciales (LSOL, en inglés), podrían darse en este espacio actividades de lanzamiento, desde nano-satélites hasta naves de transporte espacial.
El proyecto se encuentra ahora mismo en la fase inicial de solicitud de información: la autoridad ha anunciado internacionalmente su objetivo y busca un desarrollador maestro de servicios para el establecimiento del puerto aeroespacial.
La APPR ha publicado en su página web la solicitud de información (que puede consultarse en el documento anexo a esta noticia) y, además, se ha puesto en contacto con empresas de todo el mundo para solicitar posibles proyectos para el desarrollo del centro.
Puerto Rico presenta una serie de ventajas frente a otros territorios de la región como lugar de emplazamiento de un puerto aeroespacial, como son:
• Su pertenencia a Estados Unidos como Estado Libre Asociado, lo que implica cierta seguridad, ya que se deben cumplir todas las exigencias y requisitos establecidos por el gobierno federal.
• Su ubicación cerca del Ecuador, lo que supone unas condiciones espaciales y climáticas idóneas para vuelos y despegues.
• La existencia de un programa de incentivos industriales que beneficiaría a cualquier empresa extranjera que desarrollara el proyecto o alguna de las actividades relacionadas con el mismo.
El desarrollo de este puerto aeroespacial supondría un gran impulso para la economía de la isla, en situación de crisis desde hace más que una década que se ha visto agravada por los distintos desastres naturales y la pandemia de provocada por el covid-19.