La bajada de la demanda y los precios podría obligar a Nigeria a disminuir la producción de petróleo


La producción mundial de petróleo presenta perspectivas de caer a causa de la bajada de los precios y de la demanda, en medio de bloqueos y restricciones de movimientos en muchos países.

La actual crisis global, causada por la pandemia de COVID-19, ha provocado una gran caída de los precios del crudo al agotarse la capacidad de almacenamiento disponible debido a un descenso considerable en la demanda mundial.

Por ello, se prevé que algunos productores de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), se vean afectados. Los expertos en energía proyectan que las naciones más afectadas serán las que no posean una capacidad de refinación adecuada en el país y no tengan contratos sólidos de suministro a largo plazo, entre ellos Nigeria.

Concretamente, el precio del petróleo nigeriano Bonny Light descendió ayer a los 22,32 dólares. Con ello, el director gerente del Grupo de la Corporación Nacional de Petróleo de Nigeria (NNPC), Mele Kyari, expresó su preocupación por la economía del país en los próximos meses, al no poder vender algunos de los cargamentos de crudo y gas natural nigerianos.

Al ser una nación productora de petróleo con un alto porcentaje de ventas al contado, Nigeria sentirá la presión de la capacidad de almacenamiento en mayor medida que otras.

La producción nacional se mantiene en 2,18 millones de barriles por día, y se espera que descienda hasta los 1,41, 1,49 y 1,56 millones de barriles por día en los próximos ejercicios. Esto generará un gran desafío en el equilibrio del mercado petrolero de la nación, teniendo en cuenta el precio de referencia recientemente rebajado a 30 dólares por barril.

En el corto plazo, la Cámara de Comercio e Industria de Lagos prevé que la situación de bajada generalizada en el precio del crudo se prolongue hasta que la situación de confinamiento global llegue a su fin.

A largo plazo, la OPEP, junto con sus aliados liderados por Rusia, contempla acciones enfocadas a la reducción de la oferta, en concreto, la retirada del mercado de 9,7 millones de barriles por día a principios de mayo. Si bien, esta estrategia generaría un aumento del precio medio de venta por barril de petróleo, al mismo tiempo, pondrá a prueba la capacidad de almacenamiento de los países productores, la cual se espera que haya llegado a su límite en las próximas semanas.

En definitiva, y como señala la Agencia Internacional de Energía, esta crisis supondrá un reto para la capacidad logística de la industria petrolera a nivel mundial. Por ello, se espera que aquellos países que no dispongan de un tejido industrial consolidado y eficiente se vean expuestos a sufrir consecuencias más severas.

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